OCULTISMO E HISTORIA
La conexión nazi con Shamballa y el Tibet
Por Alexander Berzin
Muchos miembros de alta graduación del régimen nazi, incluyendo a Hitler, mantuvieron enrevesadas creencias ocultas. Debido a esas creencias, los alemanes enviaron una expedición oficial al Tibet entre 1938 y 1939 ante la invitación del Gobierno Tibetano a acudir a las celebraciones de Losar (Año Nuevo).
El Tibet había sufrido durante mucho tiempo los intentos de anexión por parte de China y el fracaso británico de evitar la agresión o de proteger el Tibet. Bajo el mandato de Stalin, la Unión Soviética persiguió encarnizadamente el Budismo, específicamente su forma tibetana, que se practicaba dentro de sus fronteras, y en su país limítrofe, la República Popular de Mongolia (Mongolia Exterior).
Como contrapartida, Japón estaba apoyando el Budismo Tibetano en la Mongolia Interior, que se había anexionado como parte de Manchukuo, su estado marioneta en Manchuria. Proclamando que Japón era Shamballa, el Gobierno Imperial trataba de ganar el apoyo de los Mongoles bajo su gobierno para invadir la Mongolia Exterior y Siberia y así crear una confederación pan-Mongola bajo la protección japonesa.
El Gobierno Tibetano estaba explorando la posibilidad de obtener también protección de Japón a la vista de la inestable situación. Japón y Alemania habían firmado un Acuerdo Anti-Comunista en 1936, declarando su mutua hostilidad hacia la difusión del Comunismo internacional. La invitación para la visita de una delegación oficial de la Alemania Nazi se hizo en este contexto. En agosto de 1939, poco después de la expedición alemana al Tibet, Hitler rompió su acuerdo con Japón y firmó el Acuerdo Nazi-Soviético. En septiembre, los Soviéticos derrotaron a los Japoneses que habían invadido la Mongolia Exterior en mayo. Posteriormente, nunca apareció nada de los contactos japoneses y alemanes con el Gobierno Tibetano.
Varios escritores ocultistas de posguerra han afirmado que el Budismo y la leyenda de Shambala jugaron un papel importante en el contacto oficial Germano-Tibetano. Examinemos la cuestión.
Los Mitos de Thule y Vril
El primer elemento de las creencias ocultistas nazis estaba en la mítica tierra de Hiperbórea-Thule. Igual que Platón había citado la leyenda egipcia de la isla hundida de la Atlántida, Herodoto mencionó la leyenda egipcia del continente de Hiperbórea en el lejano norte. Cuando el hielo destruyó esta antigua tierra, su gente emigró al sur. En un escrito de 1679, el autor sueco Olaf Rubbeck identificó a los Atlantes con los Hiperbóreos y situó a estos últimos en el Polo Norte. Según varios relatos, Hiperbórea se dividió en las islas de Thule y Ultima Thule, que algunas personas identifican con Islandia y Groenlandia.
El segundo ingrediente era la idea de una tierra hueca. Al final del siglo XVII, el astrónomo británico Sir Edmund Halley sugirió por primera vez la idea de que la tierra estaba hueca, consistiendo en cuatro esferas concéntricas. La teoría de la tierra hueca disparó la imaginación de muchas personas, especialmente con la publicación en 1864 del libro del novelista francés Julio Verne, Viaje al Centro de la Tierra.
Pronto apareció el concepto de Vril. En 1871, el novelista británico Edward Bulwer-Lytton, en The Coming Race (La raza que viene), describía una raza superior, la Vril-ya, que vivía bajo tierra y planeaba conquistar el mundo con vril, una energía psicoquinética. El autor francés Louis Jacolliot promovió el mito en Les fils de Dieu (Los Hijos de Dios) (1873) y en Les Traditions indo-européenes (Las tradiciones Indo-Europeas) (1876). En estos libros, él vinculaba el vril con el pueblo subterráneo de Thule. Los habitantes de Thule aprovecharían el poder del vril para convertirse en superhombres y dominar el mundo.
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) también enfatizó el concepto del Übermensch (Superhombre) y comenzó su último trabajo, Der Antichrist (El Anticristo) (1895) con la línea, “Veámonos como lo que somos. Nosotros somos Hiperbóreos. Sabemos muy bien cuán aparte vivimos”. Aunque Nietzsche nunca mencionó el vril, aún en su colección de aforismos publicada póstumamente, Der Wille zur Macht (El Deseo de Impulsar), recalcó el papel de una fuerza interna para el desarrollo superhumano. El escribió que “la manada” significando las personas comunes, se esfuerza por la seguridad dentro de sí misma creando la moralidad y las leyes, mientras que los superhombres tienen una fuerza vital interna que les conduce a ir más allá de la manada. Esa fuerza necesita y les impele a mentir a la manada para poder permanecer independientes y libres de la “mentalidad de manada”.
En The Artic Home of the Vedas (El Hogar Ártico de los Vedas) (1903), el temprano partidario de la libertad India, Bal Gangadhar Tilak, añadió un detalle más al identificar la migración al sur de los habitantes de Thule con el origen de la raza Aria. Así, muchos alemanes a comienzos del siglo XX creían que ellos eran los descendientes de los Arios que habían migrado de Hiperbórea-Thule y que estaban destinados a convertirse en la raza superior de superhombres mediante el poder del vril. Hitler estaba entre ellos.
La Sociedad Thule y la Fundación del Partido Nazi
Felix Niedner, el traductor alemán del Antiguo Norse Eddas, fundó la Sociedad Thule en 1910. En 1918, Rudolf Freiherr von Sebottendorff estableció su sucursal de Munich. Sebottendorff había vivido anteriormente durante varios años en Estambul donde, en 1910, había formado una sociedad secreta que combinaba el Sufismo esotérico y la Francmasonería. Se basaba en las creencias de los Assassins, derivada de la secta Nazari de Ismaili Islam, que había florecido durante las Cruzadas. Mientras residía en Estambul, Sebottendorff estaba familiarizado sin duda con el movimiento Pan-Turaniano (pan-Turco) de los Jóvenes Turcos, iniciado en 1908, el cual estaba implicado en gran parte en el genocidio armenio de 1915-1916. Turquía y Alemania fueron aliados durante la Primera Guerra Mundial. De regreso a Alemania, Sebottendorff había sido también un miembro de la Orden Germánica (Orden de los Teutones), fundada en 1912 como una sociedad de derechas con una Logia secreta antisemita. A través de estos canales, el asesinato, el genocidio y el antisemitismo se hicieron parte de las creencias de la Sociedad Thule. El anticomunismo se añadió tras la Revolución Comunista Bávara en 1918, cuando la Sociedad Thule de Munich se convirtió en el centro del movimiento contrarrevolucionario.
En 1919, la Sociedad creó el Partido de los Trabajadores Alemanes. A finales de aquel año, Dietrich Eckart, un miembro del núcleo de la Sociedad Thule, inició a Hitler en la Sociedad y comenzó a entrenarle en sus métodos de aprovechar el vril para crear una raza aria de superhombres. Hitler había sido de mente mística desde su juventud, cuando había estudiado el Ocultismo y la Teosofía en Viena. Más tarde, Hitler dedicó Mein Kampf a Eckart. En 1920, Hitler se convirtió en el líder del Partido de los Trabajadores Alemanes, ahora renombrado como el Partido Trabajador Alemán Nacional (Nazi) Socialista.
Haushofer, la Sociedad Vril y la Geopolítica
Otra influencia importante en el pensamiento de Hitler fue Karl Haushofer (1869-1946), un consejero militar alemán de los japoneses tras la guerra ruso-japonesa de 1904-1905. Como estaba extremadamente impresionado con la cultura japonesa, muchos creen que era el responsable de la posterior alianza Alemania-Japón. Estaba también enormemente interesado en la cultura India y Tibetana, aprendió Sánscrito, y proclamó que había visitado el Tibet.
Después de servir como general en la Primera Guerra Mundial, Haushofer fundó la Sociedad Vril en Berlín en 1918. Compartía las mismas creencias básicas que la Sociedad Thule y algunos dicen que era su núcleo. La Sociedad buscó el contacto con seres sobrenaturales bajo la tierra para obtener de ellos el poder del vril. También afirmaba un origen centroasiático de la raza Aria. Haushofer desarrolló la doctrina de la Geopolítica y, a comienzos de los años 1920, fue el director del Instituto de Geopolítica en la Universidad de Ludwig-Maximilians de Munich. La Geopolítica defendía la conquista de territorio para obtener espacio vital (en alemán Lebensraum) como un medio de adquirir poder.
Rudolf Hess era uno de los estudiantes más cercanos de Haushofer y le presentó a Hitler en 1923, mientras Hitler estaba en prisión por su fallido Putsch (golpe de estado). Posteriormente, Haushofer visitó a menudo al futuro Führer, enseñándole Geopolítica en conjunción con las ideas de las Sociedades Thule y Vril. Así, cuando Hitler se convirtió en Canciller en 1933, adoptó la Geopolítica como su política para que la raza Aria conquistara Europa Oriental, Rusia y Asia Central. La clave del éxito sería encontrar los antepasados de la raza Aria en Asia Central, los guardianes de los secretos del vril.
La Esvástica
La esvástica es un antiguo símbolo indio de inmutable buena suerte, proviene de la palabra sánscrita svastika, que significa bienestar o buena suerte. Usada por los Hindús, Budistas y Jainos durante miles de años, se generalizó en el Tibet también.
La esvástica ha aparecido también en la mayoría de las antiguas culturas del mundo. Por ejemplo, la variante que gira en contra de las manecillas del reloj, adoptada por los nazis, es también la letra “G” en la escritura rúnica medieval del norte de Europa. Los Francmasones tomaron la letra como un importante símbolo, ya que “G” podría significar God (Dios en inglés), el Gran Arquitecto del Universo, o podría significar también Geometría.
La esvástica es también un símbolo tradicional del Antiguo Dios Nórdico del Trueno y de la Fuerza (el Thor escandinavo, el Donner alemán, el Perkunas báltico). Por esta asociación con el Dios del Trueno, los Letones y los Finlandeses tomaron la esvástica como la insignia para sus fuerzas aéreas cuando obtuvieron la independencia después de la Primera Guerra Mundial.
A finales del siglo XIX, Guido von List adoptó la esvástica como un emblema del movimiento Neopagano en Alemania. Los alemanes sin embargo no usaron la palabra sánscrita svastika, sino que la llamaron “Hakenkreutz”, significando “cruz angulada”. Derrotaría y reemplazaría a la cruz, igual que el Neopaganismo derrotaría y sustituiría al Cristianismo.
Compartiendo el sentimiento anticristiano del movimiento Neopagano, la Sociedad Thule también adoptó la Hakenkreutz como parte de su emblema, situándola dentro de un círculo con una daga Alemana vertical superpuesta sobre ella. En 1920, siguiendo la sugerencia del doctor Friedrich Krohn de la Sociedad Thule, Hitler adoptó la Hakenkreutz dentro de un círculo blanco como el diseño central de la bandera del Partido Nazi. Hitler eligió el fondo rojo para competir contra la bandera roja del rival Partido Comunista.
Los investigadores franceses Louis Pauwels y Jacques Bergier, en Le Matin des Magiciens (La Mañana de los Magos) (1962), escribieron que Haushofer convenció a Hitler para utilizar la Hakenkreutz como el símbolo del Partido Nazi. Ellos postulan que esto se debió al interés de Haushofer en la cultura India y Tibetana. Esta conclusión es altamente improbable, ya que Haushofer no conoció a Hitler hasta 1923, mientras que la bandera Nazi apareció por primera vez en 1920. Es más probable que Haushofer utilizara la presencia generalizada de la esvástica en la India y el Tibet como evidencia para convencer a Hitler de que esta región era el lugar de los antepasados de la raza Aria.
La Supresión Nazi de los Grupos Ocultistas Rivales
Durante la primera mitad de los años 1920, surgió una violenta rivalidad entre las Sociedades Ocultistas y Logias Secretas en Alemania. En 1925, por ejemplo, Rudolf Steiner, el fundador del movimiento Antroposófico, fue encontrado muerto. Muchos sospecharon que la Sociedad Thule había ordenado su asesinato. En años posteriores, Hitler continuó la persecución de Antropósofos, Teósofos, Francmasones y Rosacruces. Varios sabios adscriben esta política al deseo de Hitler de eliminar cualquier rival ocultista a su dominio.
Influenciado por las obras de Nietzsche y las creencias de la Sociedad Thule, Hitler creía que el Cristianismo era una religión defectuosa, infectada por sus raíces en el pensamiento judío. Él veía en sus enseñanzas de perdón el triunfo de los débiles, y el altruismo como antievolutivo y se veía a sí mismo como un Mesías sustituyendo a Dios o Cristo. Steiner había utilizado la imagen del Anticristo y Lucifer como futuros líderes espirituales que regenerarían el Cristianismo en una nueva forma más pura. Hitler llegó mucho más lejos. Se veía a sí mismo librando al mundo de un sistema degenerado y provocando un nuevo paso en la evolución con la raza superior Aria. No toleraría a ningún Anticristo rival, ya fuera ahora o en el futuro. Toleraba, no obstante, el Budismo.El Budismo en la Alemania Nazi
En 1924, Paul Dahlke fundó el Buddhistischen Haus (Casa de los Budistas) en Frohnau, Berlín. Estaba abierta a miembros de todas las tradiciones Budistas, pero principalmente atendía a las formas Theravada y Japonesa, ya que eran las más ampliamente conocidas en aquella época. En 1933, acogió el Primer Congreso Europeo Budista. Los nazis permitieron que la Casa de los Budistas permaneciera abierta durante la guerra, pero la controlaron firmemente. Como algunos miembros sabían chino o japonés, actuaban como traductores para el gobierno como contrapartida por la tolerancia con el Budismo.
Aunque el régimen Nazi cerró la Buddhistische Gemeinde (Sociedad Budista) en Berlín, que había estado en activo desde 1936, y arrestó brevemente a su fundador, Martin Steinke en 1941, generalmente no perseguían a los budistas. Tras su liberación, Steinke y otros continuaron dando conferencias en Berlín. No hay evidencias, sin embargo, de que maestros del Budismo Tibetano hubieran estado presentes nunca en el Tercer Reich.
La política Nazi de tolerancia hacia el Budismo no demuestra ninguna influencia de enseñanzas budistas en Hitler ni en la ideología Nazi. Una explicación más probable es el deseo de Alemania de no dañar sus relaciones con su aliado Budista, Japón.
El Ahnenerbe
Bajo la influencia de Haushofer, Hitler autorizó a Frederick Hielscher, en 1935, a fundar el Ahnenerbe (Oficina para el Estudio de la Herencia Ancestral), con el Coronel Wolfram von Sievers como su director. Entre otras funciones, Hitler la encargó investigar las runas alemanas, los orígenes de la esvástica, y encontrar el origen de la raza Aria. El Tibet era el candidato más prometedor.
Alexander Csoma de Körös (Körösi Csoma Sandor) (1784-1842) era un sabio húngaro obsesionado con la búsqueda de los orígenes del pueblo húngaro. Basándose en las afinidades lingüísticas entre los húngaros y los dialectos turcos, creía que el origen del pueblo húngaro estaba en “la tierra de los Yugurs (Uighurs)” en el Turkistán Oriental (Xinjiang, Sinkiang). Creía que si pudiera llegar a Lhassa, encontraría allí la clave para localizar su patria.
El húngaro, el finlandés, los dialectos turcos, el mongol y el manchú, pertenecen a la familia de idiomas de los Urales y las montañas Altai, también conocida como la familia Turaniana, por la palabra persa Turan para Turkistán. Desde 1909, los turcos tenían un movimiento pan-Turaniano dirigido por una sociedad conocida como los Jovenes Turcos. La siguieron la Sociedad Turaniana Húngara en 1910 y la Alianza Turaniana de Hungría en 1920. Algunos expertos creen que los idiomas japonés y coreano también pertenecen a la familia Turaniana. Así, se fundaron en Japón la Alianza Nacional Turaniana en 1921 y la Sociedad Turaniana Japonesa a comienzos de los años 1930. Haushofer era consciente indudablemente de estos movimientos, que buscaban los orígenes de la raza Turaniana en el Asia Central. Encajaba bien con la búsqueda por parte de la Sociedad Thule de los orígenes de la raza Aria en la misma zona. Su interés en la cultura Tibetana hizo que ganara peso la candidatura del Tibet como la clave para encontrar un origen común para las razas Aria y Turaniana y para obtener el poder del vril que sus líderes espirituales poseían.
Haushofer no era la única influencia en el interés del Ahnenerbe en el Tibet. Hielscher era amigo de Sven Hedin, el explorador sueco que había dirigido expediciones al Tibet en 1893, 1899-1902, y 1905-1908, y una expedición a Mongolia en 1927-1930. Partidario de los nazis, Hitler le invitó a dar el discurso de apertura de las Olimpiadas de Berlín de 1936. Hedin se implicó en publicaciones pro-nazis en Suecia e hizo numerosas visitas diplomáticas a Alemania entre 1939 y 1943.
En 1937, Himmler hizo de la Ahnenerbe una organización oficial adscrita a las SS (del alemán Schutzstaffel, Escuadrón de Protección) y nombró al profesor Walther Wüst, presidente del Departamento de Sánscrito de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich, como su nuevo director. El Ahnenerbe tenía un Instituto del Tibet, que se renombró como el Sven Hedin Institut für Innerasien und Expeditionen (Instituto Sven Hedin para el Asia Interior y Expediciones) en 1943.
La Expedición Nazi al Tibet
Ernst Schäfer, cazador alemán y biólogo, participó en dos expediciones al Tibet, en 1931-1932 y en 1934-1936, por deporte e investigación zoológica. El Ahnenerbe le patrocinó una tercera expedición (1938-1939) ante la invitación oficial del Gobierno Tibetano. La visita coincidió con los renovados contactos Tibetanos con Japón. Una posible explicación de la invitación es que el Gobierno Tibetano deseaba mantener relaciones cordiales con los japoneses y sus aliados alemanes como contrapeso contra los británicos y chinos. Así, el Gobierno Tibetano dio la bienvenida a la expedición alemana en la celebración de Año Nuevo (Losar) de 1939 en Lhasa.
En Fest der weissen Schleier: Eine Forscherfahrt durch Tibet nach Lhasa, der heiligen Stadt des Gottkönigtums (Festival de los Pañuelos de Gasa Blancos: una Expedición científica a través del Tibet hasta Lhasa, la Sagrada Ciudad del Reino de Dios) (1950), Ernst Schäfer describió sus experiencias durante la expedición. Durante las celebraciones, escribió, el Oráculo Nechung advirtió que aunque los alemanes traían dulces regalos y palabras, el Tibet debía ser cauteloso: el líder alemán es como un dragón. Tsarong, el anterior director militar pro-japonés del Tibet, trató de suavizar la predicción. Dijo que el Regente había oído mucho más del Oráculo, pero que él mismo no estaba autorizado a divulgar los detalles. El Regente reza a diario para que no haya guerra entre los británicos y los alemanes, ya que esto tendría terribles consecuencias para el Tibet también. Ambos países deben comprender que toda la gente de bien debe rezar por lo mismo. Durante el resto de su estancia en Lhasa, Schäfer se encontró a menudo con el Regente y hubo una buena compenetración.
Los alemanes estaban altamente interesados en establecer relaciones amistosas con el Tibet. Su agenda, sin embargo, era ligeramente diferente de la de los Tibetanos. Uno de los miembros de la expedición de Schäfer era el antropólogo Bruno Beger, que era el responsable de la investigación racial. Habiendo trabajado con H.F.K.Günther en Die nordische Rasse bei den Indogermanen Asiens (La Raza Nórdica entre los Indo-germanos de Asia), Beger suscribía la teoría de Günther de una “raza nórdica” en Asia Central y el Tibet. En 1937, había propuesto un proyecto de investigación del Tibet Oriental y, con la expedición de Schäfer, planeaba investigar científicamente las características raciales del pueblo Tibetano. En su camino hacia el Tibet, en Sikkim, y posteriormente en el Tibet, Beger midió los cráneos de trescientos Tibetanos y habitantes de Sikkim y examinó algunas de sus otras características físicas y marcas corporales. Concluyó que los Tibetanos ocupaban una posición intermedia entre las razas Mongola y Europea, con el elemento racial europeo mostrándose más pronunciadamente entre la aristocracia.
De acuerdo con los trabajos de Richard Greve, “Tibetforschung in SS-Ahnenerbe (Investigación Tibetana en el SS-Ahnenerbe)” publicado en la editorial T.Hauschild y “Lebenslust und Fremdenfurcht” – Ethnologie im Dritten Reich (“Pasión por la Vida y Xenofobia” – Etnología en el Tercer Reich) (1995), Beger recomendaba que los Tibetanos podían jugar un papel importante después de la victoria final del Tercer Reich. Podían servir como una raza aliada en una confederación pan-mongola bajo la protección de Alemania y Japón. Aunque Beger también recomendó posteriores estudios para medir a todos los Tibetanos, no se emprendieron más expediciones al Tibet.
Supuestas Expediciones Ocultistas al Tibet
Varios estudios de posguerra sobre el Nazismo y el Ocultismo, como el de Trevor Ravenscroft en La Lanza del Destino (1973), han afirmado que bajo la influencia de Haushofer y la Sociedad Thule, Alemania envió expediciones anuales al Tibet desde 1926 hasta 1943. Su misión era encontrar primero y mantener después contacto con los antepasados Arios en Shamballa y Agharti, ciudades subterráneas ocultas bajo los Himalayas. Allí había Adeptos guardianes de secretos poderes ocultos, especialmente el vril, y las misiones buscaban su ayuda en aprovechar esos poderes para crear una raza Aria superior. De acuerdo con estos relatos, Shambala rechazó proporcionar cualquier ayuda, pero Agharti accedió. Posteriormente, desde 1929, grupos de Tibetanos vinieron supuestamente a Alemania y fundaron Logias conocidas como la Sociedad de los Hombres Verdes, en conexión con la Sociedad del Dragón Verde en Japón, con la intermediación de Haushofer, ellos supuestamente ayudaron a la causa Nazi con sus poderes ocultistas. Himmler estaba atraído por estos grupos de adeptos Tibetanos de Agharti y, supuestamente bajo su influencia, fundó el Ahnenerbe en 1935.
Aparte del hecho de que Himmler no fundó el Ahnenerbe, sino que más bien lo incorporó a las SS en 1937, el relato de Ravenscroft contiene más afirmaciones dudosas. La principal es el supuesto apoyo de Agharti a la causa Nazi. En 1922 el científico polaco Ferdinand Ossendowski publicó Bestias, Hombres y Dioses, describiendo sus viajes a través de Mongolia. En él, él relataba haber oído hablar de la ciudad subterránea de Agharti debajo del desierto del Gobi. En el futuro, sus poderosos habitantes vendrían a la superficie a salvar el mundo del desastre. La traducción alemana del libro de Ossendowski, Tiere, Menschen und Götter, apareció en 1923 y se hizo muy popular. Sven Hedin, no obstante, publicó en 1925 Ossendowski und die Wahrheit (Ossendowski y la Verdad), en el que desacreditaba las afirmaciones del científico polaco. Él señalaba que Ossendowski había recogido la idea de Agharti de la novela de Saint-Yves d’Alveidre de 1886 Mission de l’Inde en Europe (Misión de India en Europa) para hacer su historia más atractiva al público alemán. Como Hedin tenía una gran influencia en el Ahnenerbe, es improbable que esta oficina hubiera enviado una expedición específicamente para encontrar Shambala y Agharti y, posteriormente, hubiera recibido ayuda de la última.
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