FLORILEGIO
Un florilegio es un compendio, colección, antología o miscelánea de trozos selectos de obras literarias. La palabra proviene del latín florilegium (plural florilegia), la cual se compone de los términos flos («flor») y legere («reunir», «escoger»).
Florilegio es, literalmente, una colección de flores y, en sentido figurado, una recopilación de partes selectas extraídas del cuerpo de un trabajo más amplio. La palabra tiene el mismo significado etimológico que el término «antología», derivado del griego ἀνθολογία.
En la Edad Media los florilegios eran colecciones sistemáticas de extractos tomados principalmente de los escritos de los primeros autores cristianos y también de filósofos paganos como Aristóteles y, algunas veces, otros escritos clásicos. Un buen ejemplo es Manipulus Florum que se completó a principios del siglo XIV. El objetivo era tomar pasajes que ilustraran ciertos tópicos, doctrinas o temas. Después del período medieval, el término se extendió para aplicarse a cualquier miscelánea o compilación de carácter literario o científico.
El término florilegio también se aplica literalmente a un tratado sobre flores o a los libros medievales que se dedican a las plantas ornamentales en lugar de a las plantas medicinales o utilitarias cubiertas por los herbarios.
El surgimiento de la ilustración de plantas como un género artístico se remonta al siglo XV, cuando los herbarios (libros que describen los usos culinarios y medicinales de las plantas) se imprimían conjuntamente con ilustraciones de flores. Con el advenimiento de técnicas avanzadas de impresión, y la llegada de nuevas plantas a Europa desde la Turquía otomana en el siglo XVI, las personas ricas y los jardines botánicos comenzaron a encargar a los artistas que pintaran y grabaran la belleza de estos ejemplares exóticos, los que luego eran reunidos en florilegios.
En los florilegios se reúnen obras muy diferentes en su planteamiento, género y época formando una obra nueva con un plan y un tratamiento unitario, de manera que los escritores de la literatura latina clásica pueden convivir con los autores cristianos y medievales, contemporáneos en algunos casos al compilador del florilegio.
Además, en ellos se realiza una lectura particular de los textos originales y una interpretación acorde con la finalidad buscada por el autor de la selección, perdiéndose características individuales de cada obra seleccionada y los rasgos del género literario en el que se escribieron, al sufrir un proceso de reescritura común.
Los florilegios son espacios de encuentro de autores antiguos y medievales, por ejemplo, en los florilegios latinos que se hallan conservados en bibliotecas españolas como el Florilegium Gallicum. que es, sin duda, uno de los más importantes florilegios de autores clásicos de la Edad Media, ya que reúne un notable conjunto de obras y autores de la Literatura latina, algunos de los cuales se conservan gracias a una transmisión manuscrita extremadamente reducida.
El estudio de los florilegios medievales de poetas clásicos y concretamente el estudio del Florilegium Gallicum abre también un camino importante a las investigaciones dedicadas a la canción medieval ya sea de trovadores o de goliardos, y es indispensable para comprender el sustrato clásico en el que se fundamenta la especulación de los grandes teóricos de la música, especialmente a partir del siglo XIII.
La naturaleza peculiar de los florilegios medievales plantea, además, interesantes cuestiones de crítica textual.
Uno de los testimonios inéditos del Florilegium Gallicum es el manuscrito 150 conservado en el Archivo Capitular de Córdoba.
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