DANIEL BERRIGAN,
SACERDOTE CATÓLICO, ACTIVISTA
DE LA PAZ, HA PARTIDO
Por Amy Goodman y Denis Moynihan
Un profeta de la paz se ha ido. Daniel Berrigan, sacerdote
católico jesuita, activista por la paz, poeta, abnegado tío y hermano, falleció
la semana pasada a los 94 años de edad.
Su pasaje de casi un siglo por esta Tierra estuvo marcado por la
compasión y el amor por la humanidad, así como por un inquebrantable compromiso
con la paz y la justicia. Pasó años en prisión por sus valientes acciones
pacifistas contra la guerra. En cada acción de su vida llevó a la práctica el
Evangelio que predicaba. Dio impulso a diversos movimientos, inspiró a millones
de personas, escribió de una manera hermosa y con una ingeniosa sonrisa
compartió su amor por la vida con sus familiares, amigos y con todos aquellos
con quienes rezó y luchó por la paz.
Dan y su hermano Philip Berrigan, junto a otros activistas
católicos, irrumpieron en un centro de reclutamiento militar en 1967 y
derramaron su propia sangre sobre las citaciones de reclutamiento en alusión a
la sangre derramada en la guerra. Al año siguiente, el 17 de mayo de 1968,
pocas semanas después del asesinato de Martin Luther King Jr., los dos hermanos
y otras siete personas se hicieron famosos por retirar citaciones de
reclutamiento del centro de reclutamiento de Catonsville, en Maryland, y
quemarlas con napalm de fabricación casera en el estacionamiento de las
oficinas. Mientras cantaban un himno reunidos alrededor de la fogata fueron
finalmente arrestados.
Dan Berrigan expresó en un comunicado emitido por el grupo antes
de la acción, dado que sabían que serían arrestados: “Nuestras disculpas,
buenos amigos, por quebrantar el buen orden, por quemar papeles en lugar de
niños, por despertar la ira de los personeros de la muerte en la antesala del osario”.
Y agregó: “No podíamos hacer otra cosa, así que ayúdanos Señor”.
Las acciones de Los Nueve de Catonsville, como se conoció al
grupo, hicieron que aumentara la intensidad de las acciones contrarias a la
guerra en todo el país. Algunas personas habían quemado sus fichas de
reclutamiento antes que ellos, pero después de la acción de Catonsville esto se
volvió una táctica emblemática y cada vez más frecuente para demostrar la
oposición real y simbólica a la guerra. Dan Berrigan expresó: “Elegimos ser criminales
sin poder en tiempos de poder criminal. Elegimos ser etiquetados como
criminales de paz por los criminales de guerra”.
Daniel Berrigan fue sentenciado a prisión, pero antes de
entregarse para cumplir su condena, pasó a la clandestinidad. A pesar de
figurar en la lista de los más buscados del FBI, Berrigan aparecía
repentinamente en diferentes rincones del país y pronunciaba discursos contra
la guerra. Habló durante un gran acto en apoyo a Los Nueve de Catonsville en la
Universidad de Cornell, donde era capellán. Luego del discurso, al verse
acorralado por el FBI y la policía, Berrigan se escondió dentro de una de las
marionetas gigantes de la compañía de teatro con contenido político Bread &
Puppet. Disfrazado de esa manera logró salir del Barton Hall de la Universidad
de Cornell y evitó ser arrestado. Finalmente, las autoridades dieron con su
paradero en Block Island, frente a las costas de Rhode Island, y lo arrestaron.
Una famosa fotografía capturó el momento en que dos tristes agentes del FBI que
se hacían pasar por observadores de aves en la isla se llevaban esposado al
sonriente padre Berrigan.
Berrigan escribió en sus memorias, tituladas “No Bars to
Manhood”: “Dado que la maquinaria estadounidense no funciona bien, ni en sus
mecanismos internos, ni en sus engranajes con el mundo, los hombres de bien
deben tomar medidas”. Y aclaró: "Algunos de ellos han de estar dispuestos
a ir a la cárcel".
En 1980, Berrigan, una vez más con su hermano Phil y otras
personas, irrumpió en una planta de misiles de General Electric ubicada en King
of Prussia, Pennsylvania. Allí golpearon con martillos cabezas de ojivas
nucleares hasta dañarlas de modo que no pudieran ser reparadas y luego
derramaron su sangre sobre las partes dañadas. Las acciones que llevaron adelante
ese día dieron inicio al Movimiento Plowshares, que creció hasta convertirse en
un movimiento mundial. Las acciones de Plowshares se inspiran en un versículo
del libro de Isaías, del Antiguo Testamento:
“Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. No
levantará espada nación contra nación, y nunca más se adiestrarán para la
guerra”.
La lucha por la paz de Dan Berrigan desafió al Gobierno de
Estados Unidos, al Pentágono y a la jerarquía de la propia Iglesia Católica.
Por ese último pecado, fue apartado de su labor eclesiástica en Estados Unidos.
Su exilio incluyó viajes a América Latina y Sudáfrica, que lejos de curarlo de
su compromiso con la lucha por la justicia, solo lo reafirmaron.
Vimos por última vez a Berrigan, a quien nosotros, al igual que
muchos otros, llamábamos cariñosamente “Padre Dan”, hace dos años en un hogar
para ancianos jesuitas de la Universidad de Fordham, en el Bronx. A los 93 años
de edad, su estado era frágil pero sus ojos brillaron cuando le dimos su comida
favorita: helado. Su devoción al helado y a la justicia social lo hicieron
acreedor a su propio sabor de la marca de helados Ben & Jerry’s, así como
al suministro vitalicio de esos helados para él y para el Movimiento del
Trabajador Católico, que tanto amaba.
Daniel J. Berrigan vivió una vida fiel a su vocación y practicó
literalmente lo que predicaba. Descansa en paz, Dan Berrigan, de la misma
manera en que has vivido.(PE/Rebelión)
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro
"Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono
Sur.
FUENTE: PRENSA ECUMÉNICA / REBELIÓN
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