miércoles, 29 de junio de 2016

EL CHAMANISMO COMO FILOSOFÍA DE VIDA

CONSIDERACIONES SOBRE EL CHAMANISMO

Por Silvia Christmann

Chamanismo no es una religión, es una filosofía de vida. La creencia de que todo en la Naturaleza tiene espíritu. Se entiende espíritu por la Fuerza de Vida que permite que nos expresemos y nos desarrollemos. Cada árbol, animal, roca, planta elemento de la naturaleza tiene un espíritu que le permite compartir este plano. Somos una unidad en la que estamos todos comprometidos. No podemos existir separadamente. Somos uno y parte del todo.

En el principio de los tiempos los primeros humanos se reunían en tribus. En cada tribu había una persona que se preocupaba por sus pares y elevaba sus ojos a lo divino. Cada uno con su técnica ya sea adivinación por medio del agua, del fuego, del humo de la pipa, ya sea sanación elevando una oración o buscando la planta que podía sanar, ya sea aconsejando o escuchando estas personas eran llamadas chamanes, hechiceros, brujos, aguasqueros según la comunidad a la que pertenecían.

Para ser chamán debían pasar ciertos ritos iniciáticos y podían serlo sólo por herencia o por un acontecimiento muerte resurrección que indicaba que la persona conocía el más allá o la calle azul del espíritu.

Un chamán nunca se autotitula tal. Es la comunidad quien lo convoca cuando recurre a alguien en quien confía por sus dones de sanador o consejero.

En chamanismo se trabaja el poder interno. El poder interno es aquel que nos permite sobrellevar situaciones límites sin desequilibrarnos.

Existen cuatro tipos de poder: El que otorga fuerza de vida, el que se ejerce sobre una persona o situación, el que da capacidad para desempeñarnos en una tarea y el que da autoridad.

El poder interno permite que la persona permanezca sin intrusiones. Se denomina intrusión a cualquier energía negativa que penetre nuestro campo aúrico ya sea provocada por nosotros mismos ante un hecho o un pensamiento negativo o una energía ajena o a una creencia limitante que no nos permite avanzar.

Para esta tarea nos ayuda nuestro totem. Puede ser un guía: Un ser de nuestro linaje o no que transitó la calle roja de la materia hace muchos años y tiene la sabiduría para protegernos y enseñarnos o un animal de poder.

Un animal de poder representa un talento, una facultad o fuerza que constituye la personalidad del individuo. El animal no existe en la realidad ordinaria. La persona recibe su energía. En la especie del animal en cuestión hay un “alma común” que hace eco en la persona para ayudarla en su evolución.

Recibir el animal de poder aumenta la energía de la persona, puede provocar una sanación física, emocional o espiritual.

Recuerdo a una señora que vino a mí con una gran depresión y al hacerle Reiki había mejorado significativamente pero un día antes de volver a la consulta volvía a decaer. Le pregunté si quería que le entregara su animal de poder. Le fue entregado un lobito de mar para que ella pudiera conectarse con el juego y la alegría. A la semana siguiente la señora había cambiado su estado de ánimo de manera tal que me dijo: No sé si es el lobito pero siento una alegría que no se me va con nada.

Podemos pedir energía y fuerza para afrontar una situación crucial: entrevista de trabajo, decisión difícil, un encuentro traumático o ideas para un proyecto o decisión o sanación para cierta dolencia o para acelerar un proceso de convalescencia o ayuda para descubrir algo importante para nosotros o autoconfianza o lo que sea importante para uno.

Siempre que se entrega un animal de poder hay un reaseguro que indica que es el correcto. La persona tiene una historia con el animal o bien algo le sucede pasados los días.

El primer animal que entregué recuerdo que era un delfín. El chico que lo recibió estaba feliz porque decía que le encantaba. A la noche fue a comer a la casa de un amigo y al abrirle la puerta tenía puesta una remera con un delfín gigante estampado en ella.

Podemos tener varios animales de poder. El animal jefe es el primero que aparece y el que más nos acompaña. Luego pueden aparecer otros animales a medida que vamos practicando y dependiendo de las necesidades del momento que estemos atravesando. Una vez vino una chica a la que le costaba terminar su carrera y le dieron un caballito de carrera para que se recibiera rápido. Su animal jefe era la lechuza y días antes de recibirla había visto sobre el techo de una casa una lechuza cosa inusual en Buenos Aires.

Otra historia llamativa es la de una señora que recibió un picaflor. Al otro día se fue a la costa y allí un picaflor “bailó” delante de ella diez minutos reloj para su admiración y la de la gente que pasaba que paraba a mirar semejante espectáculo.

Una historia graciosa sobre el tema se refiere a mi sobrina quien en ese entonces tenía ocho años. Un día vamos a encontrarnos con unos amigos y pasamos por el Zoo durante el viaje. Había allí un cartel con una foca, su animal de poder. Ella se sienta al lado de una nena de su edad ignorante de estas prácticas y mi sobrina le dice:- Recién vi a mi animal de poder. La foca. La nena le pregunta qué significa eso y ella le cuenta que había recibido ese animal porque era muy llorona y la foca la ayudaba a reír. La nena, escéptica, le dice: -¿Me vas a decir que si te ponés a llorar aparece la foca? A lo que mi sobrina contesta:- No. El animal es mío no tuyo. La veo yo sola. Pero si querés mi tía te sienta y te lo da.

Existen chamanes en todo el mundo: Asia, Europa, América. Michael Hartner es un antropólogo que estudió las técnicas usadas por los chamanes antes de que migraran y se formaran las etnias y por comparación tomó las que eran similares y las adaptó a nuestra época.
El trabajo que se hace hoy día con chamanismo se llama Neochamanismo.
Dentro del Neochamanismo hay ramas que trabajan sobre distintas aplicaciones. Están quienes trabajan con plantas alucinógenas o con ejercicios aplicables a la ciudad o con rituales y con el toque del tambor. Esta es la especialidad que desarrolló Michael Hartner.

El viaje chamánico se realiza con el toque del tambor continuado que permite que la conciencia se relacione con el flujo de energía espiritual. Este sonido se asemeja al que escucha el bebé durante su gestación, el sonido del corazón de su madre. Los toques de tambor modifican temporalmente la vibración del ser ya que generan ondas tetha.

A comienzos del año 1920 se descubrió que el cerebro produce impulsos eléctricos llamados ondas cerebrales. Las ondas tetha aparecen durante el sueño y la somnolencia. Estas ondas disminuyen el ritmo respiratorio a un nivel de cuatro respiraciones por minuto. Este nivel da acceso a las más profundas regiones del inconsciente en estado de alerta. La persona no está dormida y recuerda todo lo que “vio” o “sintió”. Esto le permite “ver” sus errores y modificarlos a nivel inconsciente y conciente.

Cuando se habla de “ver” la persona cree que es lo mismo que ver la televisión o el cine. La visión interna se caracteriza por cosas que se “saben” y otras que se sienten o escuchan.

A veces sucede que la persona cree que no está viajando sino que es ella misma la que se responde la pregunta inicial. Sucede que no confiamos o ponemos la mente en todo. Estamos acostumbrados a clasificar, juzgar, dudar, enumerar y analizar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Cuando se viaja se viaja con el alma. No se controla, se deja fluir y nos permitimos abandonarnos al sonido para que el tambor nos lleve con su ritmo a la realidad no ordinaria. Nada más difícil que la entrega pero posible y maravilloso cuando lo logramos.

La imaginación es diferente de la visualización. La visualización se sirve intencionalmente de la imaginación para formar las imágenes deseadas. En la visualización la persona se concentra para trazar un dibujo mental según su deseo o la orden de un tercero en tanto que la imaginación es libre y se sirve también de los sentidos. El viaje chamánico utiliza la imaginación por lo que la persona puede tener sensaciones de calor, frío, amor, enojo, etc. Durante el viaje aparece la psicomitología interna de la persona por medio de metáforas del inconsciente.

Una vez un psicólogo vino a mis talleres. En un principio decía: – Soy yo el que me estoy contestando. Y yo le respondía: Bueno, ya veremos. Hasta que en el tercer viaje se le apareció un monje palotino que le dio una cachetada y le dijo:- Despertate!!!!
Recuerdo que estaba sumamente confundido y dijo:- Entonces…esto es verdad!

Cada persona realiza su viaje de una manera particular. Durante el viaje se relaciona con sus guías y accede a la realidad no ordinaria: El mundo del misterio en el que sucede la sanación. El viaje chamánico puede convertirse en un instrumento de trabajo interior de por vida de la persona. Nos da la posibilidad de ayudar a nuestra sanación la de los demás, a resolver una duda  o modificar una conducta no deseada.

Cuando nos sentimos desanimados o inquietos por alguna razón, nuestro poder interno está disminuido. Haciendo un viaje chamánico pidiendo sanación encontramos la respuesta de lo que nos pasa o simplemente restablecemos nuestro poder interno.

Debo bendecir cada día al chamanismo y el haber incursionado en esta práctica. Mi mamá estuvo dos años en coma por un accidente de auto y la ayuda que le dio esta práctica fue hermosa. Recuerdo un viaje en el que dijo que la buscáramos en las mariposas y cuando vimos el significado de la mariposa no dábamos crédito a lo que leíamos: La mariposa es la representación del alma.

Cuando mi mamá entregó su alma al Gran Espíritu después de tanto tiempo intoxicada de la adrenalina que da el stres, yo no podía reaccionar. Hasta que un día soñé que ella estaba muriendo y yo lloraba a su lado. Al despertar no podía parar de llorar.

Tres días estuve encerrada trabajando sobre mí misma. Mis instrumentos : Reiki y chamanismo. Me hacía el autotratamiento de Reiki y ponía los tambores para hacer viaje. En cada viaje aparecía mi animal de poder y me mostraba escenas de mi vida con mi mamá como si fuera una sesión de terapia. Me indicaba como debía seguir, me alentaba y me mostraba escenas de mi vida en relación con mi mamá. El tercer día apareció y me hizo una recuperación de alma. Me dormí y al despertar había cesado el dolor.

Cuando se realiza un viaje es importante “traerlo de vuelta” a esta realidad para confirmar en la realidad física lo que se vio en la no ordinaria. Se puede escribir llevando una bitácora de viaje o buscar un elemento parecido al que se vio como una piedra, una pluma o una imagen similar. O puede aparecer algo similar a lo visto.

Una vez una alumna en un taller hizo un viaje por su trabajo y apareció una indígena vestida con un poncho blanco con dibujos negros. Cuando consiguió lo pedido en el viaje le entregaron un escrito con una foto en la que aparecía una mujer con el mismo poncho que había visto en la realidad no ordinaria.

Lo importante es dejar la mente de lado. No sólo en ocasión del viaje chamánico sino cada vez que queramos comunicarnos con nuestra alma. Mucha gente piensa que afirmando y enfocando lo que desea se va a cumplir. Yo creo que esto impide que aparezca algo que quizás es mejor y tan empecinados estamos que no lo podemos ver. Fluir y conectarse con el alma es la respuesta. Siempre.

En una ocasión una chica comentó que había hecho más cambios con los talleres de práctica chamánica que en años de terapia. Creo que lo ideal es poder combinar ambas.
Hay personas que trabajando el contenido de sus viajes en terapia hicieron avances extraordinarios.

Mucha gente a través del viaje ha encontrado su vocación o se ha abierto al amor. Hay gente que en los viajes ve cómo se abre su corazón o ve a la pareja que aún no conoce o resuelve un duelo o un tema de pareja.

Podemos también ayudar a otros en su destino de vida. La mamá de una alumna hacía años que estaba internada con una enfermedad que le producía una parálisis muscular progresiva. Le pedí permiso e hice un viaje en el que me dieron instrucciones precisas del ritual que debía hacer. Me llevaría toda una mañana y generalmente cuando debo hacer una práctica de este tipo me dejo llevar por la intuición sobre el momento indicado para iniciar la práctica.

Una mañana me levanté y supe que ese era el día. Fui a caminar por el parque como se me había indicado, elegí un árbol y le pedí ayuda a su espíritu, regresé a mi casa y comencé un viaje acompañada por la enferma y mi animal de poder. En ese viaje le mostraron donde iría al llegar a la calle azul del espíritu, le explicaron escenas de su vida y de sus relaciones familiares.

A los dos días, mi me llamó para preguntarme  si había hecho el viaje. Aparentemente, el día en que había viajado con ella había dormido todo el día y al despertar había hecho un cambio inusitado. Hablaba de la muerte, incomprensible en ella que no podía ni mencionar la palabra, reía, se había integrado a un grupo de señoras para hacer actividades que antes rechazaba de mal humor. Cuando le conté el viaje aseveró cada uno de los puntos que le mencioné. El contacto había sido real.

Pasaron unas semanas y me encontraba sin trabajo. Sé que cuando esto sucede tengo que prestar atención a algo importante en lo que debo ocupar ese tiempo libre. Pensé en esta señora y decidí que era hora de conocerla. Llamé a su hija y le pedí que me permitiera visitarla.

La señora al conocerme se mostró amable y hablamos durante largo rato de sus pendientes y de cómo resolverlos. Le pregunté si estaba dispuesta a que le entregara su animal de poder y accedió contenta. Su animal era un águila.

Pasó un mes y la señora se paralizó completamente. Inmediatamente me dispuse a viajar por ella y mi guía me dijo:- Hiciste todo por ella, Reiki, viaje, visita. Soltá! Prende una vela para que siga la luz.

Obedientemente prendí la vela. Al rato, recibí la noticia de que la señora ya no estaba en este plano. Pudo partir habiendo resuelto sus pendientes.

Hubo ocasiones en las que la respuesta de mi totem no tenía visos de realidad para mi modo de ver y sin embargo el tiempo me confirmó su respuesta.

Cuando una persona parte de este plano suelo hacer un viaje para ver si la persona se elevó. Siempre me dan un reaseguro para que sepa que la conexión ha sido real.

Recuerdo una vez que una alumna me llamó pidiéndome por una amiga que se había suicidado. En el viaje veo a la chica subida a un árbol. Luego me entero de que la chica en su trabajo se subía a los árboles diariamente ya que era fotógrafa de pájaros.

La realidad no ordinaria se compone de tres mundos o niveles espirituales. Cada uno tiene el mismo nivel de espiritualidad. En el mundo de arriba se encuentran nuestros guías, el mundo del medio es el que vivimos diariamente en estado neblinoso y el mundo de abajo es donde se encuentran los animales de poder.

Según la creencia de los chamanes El Gran Espíritu es quien creo la vida y hacia donde nos dirigimos al dejar el cuerpo. No hay pecado porque las debilidades se reconocen, modifican y transforman en oportunidades para aprender y fortalecernos.

Las cuatro cualidades a considerar son:

★ Cobrar conciencia del Gran Espíritu.

Reconocer la santidad de la vida en todas sus formas y que el único pecado es herir al otro o a uno mismo.

★ Respetar a la Tierra como Madre que brinda la oportunidad de encarnarse y que nutre, protege y sustenta a sus habitantes.

★ Demostrar lealtad a la luz interior propia.

En sentido chamánico el amor es compartir la vida. Animar al amado a ser feliz, a desarrollarse y a cumplir con la razón de su existencia.

En chamanismo se dice que estar en nuestro círculo sagrado es ser nosotros mismos, sin máscaras, sin estereotipos para agradar al otro.

Trabajar con nosotros mismos, con nuestros errores, nuestros miedos, nuestras inseguridades es parte de este viaje de vida.




FUENTE: ALTERNATIVAS DE AYUDA

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