miércoles, 29 de junio de 2016

MUCHOS SENDEROS QUE LLEVAN A UNA MISMA Y ÚNICA MONTAÑA

Dos caminos hacia la misma cumbre
Ananda Kentish Coomaraswamy

Este artículo fue publicado en diversos libros y recopilaciones sobre el sabio hindú, amigo epistolar de René Guénon, y considerado uno de los principales escritores tradicionalistas. El libro de donde se ha sacado esta versión es “Las grandes religiones enjuician al Cristianismo”, Ed. Mensajero, Bilbao, 1971.

Consideremos por un momento el punto de vista expresado por los clásicos y otros no cristianos cuando hablaban de una religión distinta a la suya. Ya hemos citado a Filón. Y Plutarco, con amarga ironía, ataca a los evemeristas (1) griegos que "difunden el ateísmo en todo el mundo abandonando los dioses de nuestra fe y transformándolos todos en nombre de generales, almirantes y reyes", y a los griegos que ya no podían distinguir a Apolo (el Sol inteligible), de Helios (el Sol sensible), y sigue hasta decir: "Y no hablamos de los distintos dioses de los diversos pueblos, o de los dioses como "bárbaros" y "griegos", sino como uno común a todos, aunque denominado con nombres distintos por los diversos pueblos, de modo que de la Unica Razón (Logos) que ordena todas las cosas, o la Unica Providencia que todo vigila, han surgido las potestades menores (dioses, ángeles) que están destinadas a cuidar de todas las cosas, que obtienen en los distintos pueblos diversas denominaciones y competencias, según sus costumbres y caracteres" (2); Apuleyo reconoce que la Isis egipcia (nuestra Madre Naturaleza, y Madonna, Natura Naturans, Creatrix, Deus) es adorada en todo el mundo de modos diversos y con cultos diferentes" ("El asno de oro").

Jahangir, el emperador musulmán de la India, al escribir a su amigo y maestro el eremita hindú Jadrup, dice que "su Vedanta es lo mismo que nuestro Tasawwulf", y, de hecho, en el Norte de la India abunda un tipo de literatura religiosa en la que es difícil, sino imposible, distinguir los elementos musulmanes de los hinduistas. La diferencia de las formas de religión es innegablemente, como observa el profesor Nicholson, "una doctrina fundamental Sufí" (3). Así, encontramos a un Ibn-al-'Arabi afirmando: "Mi corazón es capaz de toda forma, es un pastizal para las gacelas y un convento para los monjes cristianos. Y un templo de ídolos y la peregrinación de la Kaaba, y las tablas de la Torah y el libro del Corán. Yo sigo la religión del Amor, cualquiera que sea la ruta que siga este camello, mi religión y mi fe es la verdadera religión" (4).

Es decir, que tú y yo, cuyas religiones son diferentes, podemos decirnos uno al otro "la mía es la religión verdadera" y "la tuya es la religión verdadera", ya que ni uno ni otro, ni ambos, somos verdaderamente religiosos por la forma de nuestra religión sino por nosotros mismos y por la gracia. Por eso dice también Saham-i-Tabriz: "Si la expresión de mi Creencia se ha encontrado en un templo de ídolos ¡Fue pecado mortal el limitar la Kaaba! Pero la Kaaba no es una iglesia si Su huella se ha perdido. Mi Kaaba es cualquier "iglesia" en la cual se ha encontrado Su huella" (5). De igual modo, en el Hinduismo, el poeta santo tamil, Tayumanavar, dice, por ejemplo, en el himno a Siva: "Tú inspiraste debidamente como maestro a millones de religiones. Tú te has mostrado en cada religión como fundamento de multitud de tratados, disertaciones, ciencias, temas convertidos en su dogma, en su meta final" (6).
El Bhaktakalpadruma de Pratapa Simha sostiene que "cada hombre podría, en cuanto Tú lo permites, ayudarse con la lectura de las Escrituras de su Iglesia o de las de otra" (7).

En el Bhagavad-Gita (VII, 21), Sri Krishna declara: "Si cualquiera impulsado por el amor busca con fe, de cualquier modo que sea, adorar una forma cualquiera (de Dios), yo soy el que promueve esa fe", y (IV, 11) "Sea como sea el modo con que los hombres se acercan a Mí, les premio, ya que el sendero que eligen desde cualquier lugar es el Mío" (8).

Tenemos la misma palabra de Cristo, que vino para llamar no a los justos sino a los pecadores (Mt. IX, 13). ¿Qué podemos deducir de esto sino, como dice San Justino, "Dios es la Palabra de la cual todo el género humano es partícipe y por la cual los que viven conforme a la razón son cristianos aunque se les cuente entre los ateos... Sócrates y Heráclito entre los bárbaros y Abraham y otros muchos". Así también el maestro Eckhart, el mayor de los místicos cristianos, habla de Platón (al que el musulmán Yili muestra en una visión "llamando al mundo con su luz") como un "gran sacerdote" que ha encontrado "el camino antes del nacimiento de Cristo". ¿Estaba equivocado San Agustín cuando afirmó que "lo que ahora llamamos religión cristiana no faltaba entre los antiguos desde el comienzo de la humanidad, hasta que Cristo vino en carne, después de lo cual la verdadera religión que ya existía comenzó a llamarse cristiana"? ¡Qué no hubiera retractado estas magníficas palabras y la sangrienta historia del Cristianismo se hubiera escrito de otro modo!

Hemos llegado a concebir la religión más como un conjunto de reglas de conducta que como una doctrina sobre Dios; menos como una doctrina sobre lo que debemos ser que sobre lo que hemos de hacer; y porque hay necesariamente un elemento contingente en cada aplicación de los principios a los casos particulares, hemos llegado a creer que la teoría debe diferir de la práctica. Esta confusión de las expresiones necesarias con los fines trascendentes (como si se pudiera alcanzar la visión de Dios a fuerza de palabras) ha tenido un desastroso resultado para el Cristianismo, tanto en un desarrollo interno como en su proyección externa. 

Cuanto más se han entregado la mayoría de las iglesias al "servicio social", más ha decaído lo más importante de su influjo; una época que mira al monacato casi como una huida inmoral queda indefensa Y principalmente porque la religión se ha ofrecido al hombre moderno en términos nauseabundamente sentimentales ("sed buenos, dulces niños", etc.) y no ya como un desafío intelectual, es por lo que tantos se han rebelado pensando que eso "es todo lo que hay" en la religión. Esa insistencia en la ética (e incidentalmente, el olvido de que la doctrina cristiana tiene mucho que ver con la praxis, es decir, con la industria, con la creatividad, en una palabra, con todo lo que concierne directamente con la acción) es manejada por los escépticos; pues lo deseable y conveniente de las virtudes sociales es tan evidente que se siente que si esto es todo lo que la religión significa, ¿qué necesidad hay de introducir a un Dios para sancionar formas de conducta cuya conveniencia nadie niega? ¿Por qué necesariamente? Al mismo tiempo, este énfasis exclusivo sobre la moral y ese desprecio de los valores intelectuales (que en último término, según la doctrina cristiana ortodoxa, son los que sobreviven a nuestra disolución), invitan a la repulsa de los racionalistas, que sostienen que la religión nunca ha sido otra cosa que un modo de drogar a las clases inferiores y mantenerlas tranquilas.

Contra todo esto, la severa disciplina intelectual que un estudio serio de las religiones y filosofías orientales, incluso de las primitivas, exige, puede servir para un útil correctivo. La tarea de cooperación en el campo del estudio comparado de las religiones es de las que exigen la más alta competencia; si no podemos proporcionar lo mejor de nosotros para la empresa, sería más seguro no meterse en ella. Pronto va a llegar el tiempo en que será tan necesario para el hombre que se llama "culto" saber árabe, sánscrito o chino, como ahora lo es el leer latín, griego o hebreo. Y esto sobre todo en el caso de los que han de enseñar sobre las creencias de otros pueblos, ya que las traducciones existentes son muchas veces inadecuadas por diversas razones, y si vamos a saber si es verdad o no que todos los hombres creyentes han adorado hasta ahora y aún adoran al mismo Dios, aunque con nombre inglés, latino, árabe, chino o navajo, uno tiene que escudriñar los libros sagrados del mundo y no hay que olvidar que "sine desiderio mens non íntelligit".

Tampoco podemos emprender estas tareas de información por motivos interesados; lo mismo que en todas las demás actividades educativas, aquí el esfuerzo del maestro debe dirigirse al interés y al provecho del alumno, y no a lo bueno que él pueda hacer sino a lo bueno que pueda ser. La sentencia de que "la caridad empieza por uno mismo" no es precisamente una expresión de cinismo; más bien se emplea para demostrar que el hacer el bien es posible únicamente cuando somos buenos, y que si somos buenos haremos el bien, actuando o dejando de actuar, por la palabra o por el silencio. Hay una sana enseñanza cristiana según la cual el hombre tiene primero que conocerse y amarse a sí mismo, a su hombre interior, antes de amar a su prójimo.

Es lo que pasa con el alumno que por primera vez se introduce en nuestra concepción de la enseñanza de la religión comparada. Quedará aturdido por el efecto que sobre su concepto de la fe cristiana puede producir el reflexionar sobre doctrinas similares expresadas en otro lenguaje y por el significado de los que para él son extrañas e incluso grotescas formas de pensamiento. Siguiendo los "vestigia pedis", el alma, "en ardiente seguimiento de su presa, Cristo", reconocerá una modalidad de expresión del espíritu que llega hasta nosotros desde los pueblos cazadores de la Edad de Piedra; una doctrina caníbal en la de la Eucaristía y el sacrificio del Soma; y la teoría de los "siete rayos" del Sol inteligible en la de los siete dones del Espíritu y en los "siete ojos" del Cordero del Apocalipsis y de Cuchulaim. Puede encontrarse mucho menos inclinado que lo que está ahora a recelar ante las expresiones más audaces de Cristo o de San Pablo sobre la "ruptura entre el alma y el espíritu". Si se rebela contra el mandamiento de odiar "no solo a sus parientes más próximos sino incluso a su primera alma" y prefiere la expresión suave de la "Autorized Version" en la que "vida" reemplaza a "alma"; o si le gusta más interpretarla en el sentido ético de "negarse a sí mismo", aunque la palabra equivalente de negarse sea rechazar completamente; si él empieza ahora a darse cuenta de que el alma es polvo que vuelve al polvo mientras es el espíritu el que vuelve a lo que lo infundió, y que para los teólogos, tanto árabes como hebreos. este "alma" (nefesh, nafs) viene a ser la indivisión "carnal" en la que piensan los místicos cristianos, cuando afirman "que el alma debe entregarse a la muerte", que nuestra existencia (distinguiendo "esse" de "essentia", "génesis" de "housía", "bhu" de "as") es un crimen: y si relaciona todas estas ideas con las exhortaciones islámicas o indias a "morir antes de que mueras" y con la expresión paulina de "Vivo, pero no yo", entonces puede quedar menos inclinado a ver en la doctrina cristiana una promesa de vida eterna para un "alma" que se ha hecho concreta en el cuerpo, y mejor preparado para mostrar que las "pruebas" espirituales de la supervivencia humana, aunque válidas, tienen con todo valores religiosos.

La mentalidad del estudiante imbuido en ideas demoníacas, para el que el verdadero nombre de un "derecho sino" puede ser ininteligible, es probable que se revele agriamente si se da cuenta de que, como recuerda el profesor Bucker, "la auténtica noción del reino de Dios, en la tierra, depende de su revelación del sentido profundo de la realeza oriental", ya que puede haber olvidado, en su legítimo horror por toda dictadura, que la definición clásica de "tiranía" es la de "un rey que gobierna para su propio interés".

Y esto no es una presentación unilateral; no sería fácil exagerar la alteración que puede encontrarse en la estela del Cristianismo por un hindú o un budista cuando se les da la oportunidad de entrar en un contacto más íntimo con el tono de pensamiento que llevó a Vicent de Beauvais a hablar de la "ferocidad" de Cristo y a Dante a maravillarse de "la multitud de dientes con que el Amor muerde".

¿Contemplan unos un nombre y otros otro? Todos son indicios eminentes del transcendente, inmortal, incorpóreo Brahma: esos nombres son para ser contemplados, alabados y al fin negados. Pues por ellos uno penetra cada vez más profundamente en estos mundos; pero, "cuando todo llega a su fin, entonces toca alcanzar la Unidad de la Persona" (Maitrí Upaníshad). Quien conozca este texto y nada de la ciencia occidental, se sentirá sin duda movido a una cordial comprensión cuando sepa que los cristianos también siguen una vía affirmativa y una vía remotionis. Quien quiera que haya sido instruido en la doctrina de "liberación de los pares y los opuestos" (pasado y futuro, placer y dolor, etc., las Symplegadas del folklore) se conmoverá ante la descripción que hace Nicolás de Cusa del muro del Paraíso en el que Dios mora, como "construido de contradictorios", y por la que hace Dante de lo que está detrás de ese muro "sin polos y fuera del espacio" y "donde cada cosa y cada cual es irradiado". Todos tenemos que darnos cuenta con Jenofonte de que "cuando Dios es nuestro maestro, llegamos a pensar del mismo modo".

Pero hay tantos de esos hindúes y budistas cuyo conocimiento del Cristianismo y de los grandes escritores cristianos es virtualmente nulo como cristianos cultos cuyo conocimiento real de otras religiones, o incluso de la suya, es virtualmente nulo, porque nunca han imaginado que deben ser vividas esas otras creencias. Precisamente, como no puede haber real conocimiento de un idioma si no hemos participado, al menos imaginativamente, en las actividades que el idioma expresa, así no puede haber un conocimiento real de una "vida" si no la hemos vivido en cierto modo. El mayor de los santos indios modernos ha practicado realmente la doctrina cristiana y la islámica, es decir, ha adorado a Cristo y a Alá y ha encontrado que todo lleva a la misma meta. Podía hablar por experiencia de la igual validez de todas estas "vías" y sentir el mismo respeto por cada una, aunque prefiriendo para sí la única con la cual todo su ser concordaba por nacimiento, carácter y afición. ¡Qué catástrofe habría sido para sus compatriotas y para el mundo si se hubiera "hecho cristiano"! Hay muchos senderos que llevan a la cumbre de una misma y única montaña; sus diferencias serán más evidentes cuanto más abajo estemos, pero se desvanecen en la cima; cada cual querrá naturalmente tomar la que parte del punto en que se encuentra, el que rodea la montaña buscando otro no es un escalador. Nada nos autoriza a acercarnos a otro creyente para pedirle que se convierta en uno de nosotros, pero sí podemos acercarnos a él con respeto como a quien es ya uno de Aquello que es y de cuya belleza inalterable dependen todos los seres contingentes.


NOTAS 

1. Sistema que interpreta a los dioses griegos como personalidades históricas. Su nombre proviene de Evemero de Mesina, contemporáneo de Alejandro Magno que, en su obra "Hiera anagraphe" (inscripciones sagradas), escrita como narración de un viaje, va indicando quiénes fueron en su origen humano los dioses. (N del T.). 
2. Plutarco, "Isis y Osiris", 67 ("Moralia", 377). William Law, a continuación de la cita del texto, dice: "No hay una salvación para el judío y otra para el cristiano y otra tercera para el pagano. No, Dios es uno, una la humana naturaleza y uno el camino para la salvación, que es el deseo de orientar hacia Dios el alma". De hecho, esto se refiere al "Bautismo de deseo" o "del Espíritu" como distinto del bautismo de agua que encierra una pertenencia efectiva a la comunidad cristiana y sólo modifica el dogma cristiano de extra Ecclesiam nulla salus. El problema real es el del significado exacto de la palabra "Iglesia Católica"; nosotros decimos que ello no significa ninguna religión determinada, sino la comunidad o el conjunto de todos los que aman a Dios. Como dice también William Law, "El principal mal de una secta es éste: que se considera a sí misma como necesaria para la verdad, y la verdad se encuentra solamente cuando se sabe que no es propiedad de la secta, sino libre y universal como la divinidad de Dios y común a todas las denominaciones y pueblos como el aire y la luz de este mundo". 
3. R. A. Nicholson, "Mystics of Islam", 1914, p. 105. También dice: "Si él (el adepto de determinada religión) comprende la sentencia de Junayd: el color del agua es el color de lo que contiene el agua, no se interferirá en las creencias de los demás sino que percibirá a Dios en cada forma y en cada creencia" (Ibn-al-Arabí). 
4. Nicholson, "Studies in Islamic Mysticism", 1921, p. 159. Y "Desde entonces supe que no había muchos dioses para la adoración de los hombres, sino un único Dios que tenía muchos nombres y muchas formas, que es representado y nombrado según las condiciones aparentes de las cosas" 
5. R. A. Nicholson, Diwani Sham-i -Tabriz, l898, p. 238;cfr. P. 221.V. Faridu´din Attar en el Coloquio de los Pájaros: Pues si bien hay diferentes caminos para hacer el viaje, no hay dos pájaros(almas) que vuelen del mismo modo. Cada cual encuentra su propio camino en esta ruta del conocimiento místico, uno por el significado del mihrab, otro a través del ídolo. 
6. Sir George Birdwood, "Shiva", 1915, p. 28. 
7. Sir Arunachalam, "Studies and Translations", Colombo, 1937. 
8. Traducción de Sir George Grierson, 1908, p. 347.


EL CIELO GOBIERNA LOS ACONTECIMIENTOS

EL PAPEL DEL CIELO EN LOS HOMBRES

"Cuando el Cielo quiere conferir a alguien una difícil misión, antes pone a  
prueba la fortaleza de su ánimo y el equilibrio de su mente con las dificultades de 
una vida dura; fatiga sus músculos y todo su cuerpo con rudos trabajos, que 
ponen a prueba su resistencia; mortifica su carne y su piel con los rigores del 
hambre y del frío; les somete a las mayores privaciones de la miseria; determina 
que no tengan éxito en sus empresas para que se enfrenten con el fracaso. De 
este modo, el cielo estimula sus virtudes, fortalece su cuerpo y les hace aptos para 
afrontar las dificultades con que tropezarán en el cumplimiento de su alta misión. 
La dificultad es lo que más estimula al hombre a vencer sus deficiencias y 
superarlas".

                                  Confucio (Kung-fu Tze), “Analectas"


EL CHAMANISMO COMO FILOSOFÍA DE VIDA

CONSIDERACIONES SOBRE EL CHAMANISMO

Por Silvia Christmann

Chamanismo no es una religión, es una filosofía de vida. La creencia de que todo en la Naturaleza tiene espíritu. Se entiende espíritu por la Fuerza de Vida que permite que nos expresemos y nos desarrollemos. Cada árbol, animal, roca, planta elemento de la naturaleza tiene un espíritu que le permite compartir este plano. Somos una unidad en la que estamos todos comprometidos. No podemos existir separadamente. Somos uno y parte del todo.

En el principio de los tiempos los primeros humanos se reunían en tribus. En cada tribu había una persona que se preocupaba por sus pares y elevaba sus ojos a lo divino. Cada uno con su técnica ya sea adivinación por medio del agua, del fuego, del humo de la pipa, ya sea sanación elevando una oración o buscando la planta que podía sanar, ya sea aconsejando o escuchando estas personas eran llamadas chamanes, hechiceros, brujos, aguasqueros según la comunidad a la que pertenecían.

Para ser chamán debían pasar ciertos ritos iniciáticos y podían serlo sólo por herencia o por un acontecimiento muerte resurrección que indicaba que la persona conocía el más allá o la calle azul del espíritu.

Un chamán nunca se autotitula tal. Es la comunidad quien lo convoca cuando recurre a alguien en quien confía por sus dones de sanador o consejero.

En chamanismo se trabaja el poder interno. El poder interno es aquel que nos permite sobrellevar situaciones límites sin desequilibrarnos.

Existen cuatro tipos de poder: El que otorga fuerza de vida, el que se ejerce sobre una persona o situación, el que da capacidad para desempeñarnos en una tarea y el que da autoridad.

El poder interno permite que la persona permanezca sin intrusiones. Se denomina intrusión a cualquier energía negativa que penetre nuestro campo aúrico ya sea provocada por nosotros mismos ante un hecho o un pensamiento negativo o una energía ajena o a una creencia limitante que no nos permite avanzar.

Para esta tarea nos ayuda nuestro totem. Puede ser un guía: Un ser de nuestro linaje o no que transitó la calle roja de la materia hace muchos años y tiene la sabiduría para protegernos y enseñarnos o un animal de poder.

Un animal de poder representa un talento, una facultad o fuerza que constituye la personalidad del individuo. El animal no existe en la realidad ordinaria. La persona recibe su energía. En la especie del animal en cuestión hay un “alma común” que hace eco en la persona para ayudarla en su evolución.

Recibir el animal de poder aumenta la energía de la persona, puede provocar una sanación física, emocional o espiritual.

Recuerdo a una señora que vino a mí con una gran depresión y al hacerle Reiki había mejorado significativamente pero un día antes de volver a la consulta volvía a decaer. Le pregunté si quería que le entregara su animal de poder. Le fue entregado un lobito de mar para que ella pudiera conectarse con el juego y la alegría. A la semana siguiente la señora había cambiado su estado de ánimo de manera tal que me dijo: No sé si es el lobito pero siento una alegría que no se me va con nada.

Podemos pedir energía y fuerza para afrontar una situación crucial: entrevista de trabajo, decisión difícil, un encuentro traumático o ideas para un proyecto o decisión o sanación para cierta dolencia o para acelerar un proceso de convalescencia o ayuda para descubrir algo importante para nosotros o autoconfianza o lo que sea importante para uno.

Siempre que se entrega un animal de poder hay un reaseguro que indica que es el correcto. La persona tiene una historia con el animal o bien algo le sucede pasados los días.

El primer animal que entregué recuerdo que era un delfín. El chico que lo recibió estaba feliz porque decía que le encantaba. A la noche fue a comer a la casa de un amigo y al abrirle la puerta tenía puesta una remera con un delfín gigante estampado en ella.

Podemos tener varios animales de poder. El animal jefe es el primero que aparece y el que más nos acompaña. Luego pueden aparecer otros animales a medida que vamos practicando y dependiendo de las necesidades del momento que estemos atravesando. Una vez vino una chica a la que le costaba terminar su carrera y le dieron un caballito de carrera para que se recibiera rápido. Su animal jefe era la lechuza y días antes de recibirla había visto sobre el techo de una casa una lechuza cosa inusual en Buenos Aires.

Otra historia llamativa es la de una señora que recibió un picaflor. Al otro día se fue a la costa y allí un picaflor “bailó” delante de ella diez minutos reloj para su admiración y la de la gente que pasaba que paraba a mirar semejante espectáculo.

Una historia graciosa sobre el tema se refiere a mi sobrina quien en ese entonces tenía ocho años. Un día vamos a encontrarnos con unos amigos y pasamos por el Zoo durante el viaje. Había allí un cartel con una foca, su animal de poder. Ella se sienta al lado de una nena de su edad ignorante de estas prácticas y mi sobrina le dice:- Recién vi a mi animal de poder. La foca. La nena le pregunta qué significa eso y ella le cuenta que había recibido ese animal porque era muy llorona y la foca la ayudaba a reír. La nena, escéptica, le dice: -¿Me vas a decir que si te ponés a llorar aparece la foca? A lo que mi sobrina contesta:- No. El animal es mío no tuyo. La veo yo sola. Pero si querés mi tía te sienta y te lo da.

Existen chamanes en todo el mundo: Asia, Europa, América. Michael Hartner es un antropólogo que estudió las técnicas usadas por los chamanes antes de que migraran y se formaran las etnias y por comparación tomó las que eran similares y las adaptó a nuestra época.
El trabajo que se hace hoy día con chamanismo se llama Neochamanismo.
Dentro del Neochamanismo hay ramas que trabajan sobre distintas aplicaciones. Están quienes trabajan con plantas alucinógenas o con ejercicios aplicables a la ciudad o con rituales y con el toque del tambor. Esta es la especialidad que desarrolló Michael Hartner.

El viaje chamánico se realiza con el toque del tambor continuado que permite que la conciencia se relacione con el flujo de energía espiritual. Este sonido se asemeja al que escucha el bebé durante su gestación, el sonido del corazón de su madre. Los toques de tambor modifican temporalmente la vibración del ser ya que generan ondas tetha.

A comienzos del año 1920 se descubrió que el cerebro produce impulsos eléctricos llamados ondas cerebrales. Las ondas tetha aparecen durante el sueño y la somnolencia. Estas ondas disminuyen el ritmo respiratorio a un nivel de cuatro respiraciones por minuto. Este nivel da acceso a las más profundas regiones del inconsciente en estado de alerta. La persona no está dormida y recuerda todo lo que “vio” o “sintió”. Esto le permite “ver” sus errores y modificarlos a nivel inconsciente y conciente.

Cuando se habla de “ver” la persona cree que es lo mismo que ver la televisión o el cine. La visión interna se caracteriza por cosas que se “saben” y otras que se sienten o escuchan.

A veces sucede que la persona cree que no está viajando sino que es ella misma la que se responde la pregunta inicial. Sucede que no confiamos o ponemos la mente en todo. Estamos acostumbrados a clasificar, juzgar, dudar, enumerar y analizar todo lo que sucede a nuestro alrededor. Cuando se viaja se viaja con el alma. No se controla, se deja fluir y nos permitimos abandonarnos al sonido para que el tambor nos lleve con su ritmo a la realidad no ordinaria. Nada más difícil que la entrega pero posible y maravilloso cuando lo logramos.

La imaginación es diferente de la visualización. La visualización se sirve intencionalmente de la imaginación para formar las imágenes deseadas. En la visualización la persona se concentra para trazar un dibujo mental según su deseo o la orden de un tercero en tanto que la imaginación es libre y se sirve también de los sentidos. El viaje chamánico utiliza la imaginación por lo que la persona puede tener sensaciones de calor, frío, amor, enojo, etc. Durante el viaje aparece la psicomitología interna de la persona por medio de metáforas del inconsciente.

Una vez un psicólogo vino a mis talleres. En un principio decía: – Soy yo el que me estoy contestando. Y yo le respondía: Bueno, ya veremos. Hasta que en el tercer viaje se le apareció un monje palotino que le dio una cachetada y le dijo:- Despertate!!!!
Recuerdo que estaba sumamente confundido y dijo:- Entonces…esto es verdad!

Cada persona realiza su viaje de una manera particular. Durante el viaje se relaciona con sus guías y accede a la realidad no ordinaria: El mundo del misterio en el que sucede la sanación. El viaje chamánico puede convertirse en un instrumento de trabajo interior de por vida de la persona. Nos da la posibilidad de ayudar a nuestra sanación la de los demás, a resolver una duda  o modificar una conducta no deseada.

Cuando nos sentimos desanimados o inquietos por alguna razón, nuestro poder interno está disminuido. Haciendo un viaje chamánico pidiendo sanación encontramos la respuesta de lo que nos pasa o simplemente restablecemos nuestro poder interno.

Debo bendecir cada día al chamanismo y el haber incursionado en esta práctica. Mi mamá estuvo dos años en coma por un accidente de auto y la ayuda que le dio esta práctica fue hermosa. Recuerdo un viaje en el que dijo que la buscáramos en las mariposas y cuando vimos el significado de la mariposa no dábamos crédito a lo que leíamos: La mariposa es la representación del alma.

Cuando mi mamá entregó su alma al Gran Espíritu después de tanto tiempo intoxicada de la adrenalina que da el stres, yo no podía reaccionar. Hasta que un día soñé que ella estaba muriendo y yo lloraba a su lado. Al despertar no podía parar de llorar.

Tres días estuve encerrada trabajando sobre mí misma. Mis instrumentos : Reiki y chamanismo. Me hacía el autotratamiento de Reiki y ponía los tambores para hacer viaje. En cada viaje aparecía mi animal de poder y me mostraba escenas de mi vida con mi mamá como si fuera una sesión de terapia. Me indicaba como debía seguir, me alentaba y me mostraba escenas de mi vida en relación con mi mamá. El tercer día apareció y me hizo una recuperación de alma. Me dormí y al despertar había cesado el dolor.

Cuando se realiza un viaje es importante “traerlo de vuelta” a esta realidad para confirmar en la realidad física lo que se vio en la no ordinaria. Se puede escribir llevando una bitácora de viaje o buscar un elemento parecido al que se vio como una piedra, una pluma o una imagen similar. O puede aparecer algo similar a lo visto.

Una vez una alumna en un taller hizo un viaje por su trabajo y apareció una indígena vestida con un poncho blanco con dibujos negros. Cuando consiguió lo pedido en el viaje le entregaron un escrito con una foto en la que aparecía una mujer con el mismo poncho que había visto en la realidad no ordinaria.

Lo importante es dejar la mente de lado. No sólo en ocasión del viaje chamánico sino cada vez que queramos comunicarnos con nuestra alma. Mucha gente piensa que afirmando y enfocando lo que desea se va a cumplir. Yo creo que esto impide que aparezca algo que quizás es mejor y tan empecinados estamos que no lo podemos ver. Fluir y conectarse con el alma es la respuesta. Siempre.

En una ocasión una chica comentó que había hecho más cambios con los talleres de práctica chamánica que en años de terapia. Creo que lo ideal es poder combinar ambas.
Hay personas que trabajando el contenido de sus viajes en terapia hicieron avances extraordinarios.

Mucha gente a través del viaje ha encontrado su vocación o se ha abierto al amor. Hay gente que en los viajes ve cómo se abre su corazón o ve a la pareja que aún no conoce o resuelve un duelo o un tema de pareja.

Podemos también ayudar a otros en su destino de vida. La mamá de una alumna hacía años que estaba internada con una enfermedad que le producía una parálisis muscular progresiva. Le pedí permiso e hice un viaje en el que me dieron instrucciones precisas del ritual que debía hacer. Me llevaría toda una mañana y generalmente cuando debo hacer una práctica de este tipo me dejo llevar por la intuición sobre el momento indicado para iniciar la práctica.

Una mañana me levanté y supe que ese era el día. Fui a caminar por el parque como se me había indicado, elegí un árbol y le pedí ayuda a su espíritu, regresé a mi casa y comencé un viaje acompañada por la enferma y mi animal de poder. En ese viaje le mostraron donde iría al llegar a la calle azul del espíritu, le explicaron escenas de su vida y de sus relaciones familiares.

A los dos días, mi me llamó para preguntarme  si había hecho el viaje. Aparentemente, el día en que había viajado con ella había dormido todo el día y al despertar había hecho un cambio inusitado. Hablaba de la muerte, incomprensible en ella que no podía ni mencionar la palabra, reía, se había integrado a un grupo de señoras para hacer actividades que antes rechazaba de mal humor. Cuando le conté el viaje aseveró cada uno de los puntos que le mencioné. El contacto había sido real.

Pasaron unas semanas y me encontraba sin trabajo. Sé que cuando esto sucede tengo que prestar atención a algo importante en lo que debo ocupar ese tiempo libre. Pensé en esta señora y decidí que era hora de conocerla. Llamé a su hija y le pedí que me permitiera visitarla.

La señora al conocerme se mostró amable y hablamos durante largo rato de sus pendientes y de cómo resolverlos. Le pregunté si estaba dispuesta a que le entregara su animal de poder y accedió contenta. Su animal era un águila.

Pasó un mes y la señora se paralizó completamente. Inmediatamente me dispuse a viajar por ella y mi guía me dijo:- Hiciste todo por ella, Reiki, viaje, visita. Soltá! Prende una vela para que siga la luz.

Obedientemente prendí la vela. Al rato, recibí la noticia de que la señora ya no estaba en este plano. Pudo partir habiendo resuelto sus pendientes.

Hubo ocasiones en las que la respuesta de mi totem no tenía visos de realidad para mi modo de ver y sin embargo el tiempo me confirmó su respuesta.

Cuando una persona parte de este plano suelo hacer un viaje para ver si la persona se elevó. Siempre me dan un reaseguro para que sepa que la conexión ha sido real.

Recuerdo una vez que una alumna me llamó pidiéndome por una amiga que se había suicidado. En el viaje veo a la chica subida a un árbol. Luego me entero de que la chica en su trabajo se subía a los árboles diariamente ya que era fotógrafa de pájaros.

La realidad no ordinaria se compone de tres mundos o niveles espirituales. Cada uno tiene el mismo nivel de espiritualidad. En el mundo de arriba se encuentran nuestros guías, el mundo del medio es el que vivimos diariamente en estado neblinoso y el mundo de abajo es donde se encuentran los animales de poder.

Según la creencia de los chamanes El Gran Espíritu es quien creo la vida y hacia donde nos dirigimos al dejar el cuerpo. No hay pecado porque las debilidades se reconocen, modifican y transforman en oportunidades para aprender y fortalecernos.

Las cuatro cualidades a considerar son:

★ Cobrar conciencia del Gran Espíritu.

Reconocer la santidad de la vida en todas sus formas y que el único pecado es herir al otro o a uno mismo.

★ Respetar a la Tierra como Madre que brinda la oportunidad de encarnarse y que nutre, protege y sustenta a sus habitantes.

★ Demostrar lealtad a la luz interior propia.

En sentido chamánico el amor es compartir la vida. Animar al amado a ser feliz, a desarrollarse y a cumplir con la razón de su existencia.

En chamanismo se dice que estar en nuestro círculo sagrado es ser nosotros mismos, sin máscaras, sin estereotipos para agradar al otro.

Trabajar con nosotros mismos, con nuestros errores, nuestros miedos, nuestras inseguridades es parte de este viaje de vida.




FUENTE: ALTERNATIVAS DE AYUDA

MISERICORDIA Y JUSTICIA, CARAS DE UNA MISMA MONEDA

JESUITAS: LA OTRA CARA DE LA MISERICORDIA ES LA JUSTICIA


Bajo la conducción de Arrupe, la Compañía de Jesús expresó claramente, en la Congregación General 32, que su misión es el servicio de la Fe inseparablemente unido a la promoción de la Justicia, como una exigencia absoluta.

Por Padre Rafael Velasco SJ / Trabajo y Economía

Un ícono del año de la misericordia es el de la Parábola del Buen Samaritano (Lc. 10, 25 – 37). En ella Jesús señala claramente cuál es la actitud verdaderamente religiosa. El que se compadeció y se hizo cargo del que fue apaleado por los asaltantes, ese es, según Jesús, el que obró de acuerdo al corazón de Dios, porque obró con compasión, que es la virtud de Dios. Esa compasión –o misericordia- es el modelo de virtud en este año santo declarado por el papa Francisco.

Los abordajes a la parábola del Buen Samaritano por lo general prestan atención a este aspecto arriba señalado de la compasión con las víctimas; sin embargo hay otro rostro dela misericordia que sería bueno atender en la parábola: Supongamos que el hombre apaleado se recupera luego de la compasión activa del Samaritano y los cuidados del Posadero al que se le confía la recuperación definitiva; y luego vuelve al camino…y allí lo esperan otra vez los salteadores que vuelven a apalearlo y a dejarlo todo estropeado. ¿Qué hacer entonces? ¿Volver a lo mismo para que ocurra otra vez lo mismo?

Tal vez sería conveniente, entonces, buscar los modos de proteger a la víctima de volver a caer en manos de los asaltantes.Para eso entonces debemos prestar atención a estos últimos: sus estrategias, sus métodos y sus herramientas; de ese modo tal vez podamos hacer algo para que no vuelvan a ocurrir estos abusos, con lo que estaríamos protegiendo a las víctimas actuales y futuras.

En el sistema económico mundial hay claramente apaleadores y apaleados; y no alcanza con auxiliar –como buenos samaritanos- a las víctimas de un sistema que excluye, fuerza a la migración, margina en la pobreza, azota con inflación, devaluación y otros garrotes. Algo más hay que hacer, porque los apaleadores siguen sueltos mientras hombres y mujeres de buena voluntad nos ocupamos de atender a los heridos.

¿No será, entonces, una obra de misericordia fundamental denunciar a los apaleadores, sus estrategias y escondites? ¿No será una obra de compasión profunda proponer caminos alternativos más justos? ¿No será este un modo de aportar a la protección de los apaleados de siempre? Creemos que es misericordia activa intentar detener a los apaleadores y proponer caminos mejores.

Inspirados por este principio de Misericordia iniciamos este Observatorio sobre la Riqueza y el sistema Financiero Internacional Pedro Arrupe que pretende monitorear de algún modo un instrumento –la moneda- que en el contexto internacional simboliza las relaciones de poder. Señalar que hay quienes la usan como instrumento de apaleamiento de los más débiles, y proponer sistemas alternativos es una obra de misericordia que refleja nuestra opción de misericordia para con los más desfavorecidos.

El Observatorio lleva además, el nombre de Pedro Arrupe, Jesuita, Superior General de la Compañía de Jesús desde 1965 hasta 1983. Arrupe fue quien lideró a la Compañía de Jesús en un proceso de profunda conversión en favor de los pobres. Bajo su conducción la Compañía de Jesús expresó claramente –en la Congregación General 32- que su misión es el servicio de la Fe inseparablemente unido a la promoción de la Justicia, como una exigencia absoluta. Su impulso aún guía a los jesuitas y a los que participan de su espiritualidad e ideales.

También a nosotros, que creemos que Misericordia y Justicia son dos caras de la misma moneda.

Por eso, este Observatorio pretende ser nuestro modesto aporte a este Jubileo de Misericordia al que nos ha convocado nuestro Hermano Mayor Francisco.

FUENTE: PÁJARO ROJO

LA LIBERTAD SEGÚN EL MÍSTICO SWEDENBORG

Una bellísima definición de la libertad, del gran místico sueco Emanuel Swedenborg

En su libro La nueva Jerusalén y su doctrina celestial, el místico sueco Emanuel Swedenborg da una hermosa definición de la libertad, la cual teje inextricablemente con la voluntad y el amor, como si fueran un trébol. 

Toda libertad está en función del amor, pues lo que el hombre ama lo hace libremente. Por lo tanto, también toda libertad está en función de la voluntad, pues lo que un hombre ama también lo desea, y puesto que el amor y la voluntad constituyen la vida del hombre, también la libertad la constituye. De estas consideraciones se puede decir qué es la libertad; a saber, lo que pertenece al amor y a la voluntad y, por lo tanto, a la vida del hombre. De ahí, pues, que lo que un hombre hace desde la libertad parece como si procediera de su propium.

Sólo somos libres cuando amamos y sólo podemos ejercer la libertad --en la voluntad-- a través del acto del amor, que es lo divino en el hombre y por lo tanto lo que lo unifica con su destino más alto. Dice Swedenborg que cuando el hombre hace el mal, aunque parece libre, en realidad esto lo lleva a una esclavitud después de la muerte; en cambio, el hombre libre que actúa desde el amor accede a una correspondencia de sus actos en el cielo. Y sólo el hombre que elige y actúa libremente puede ser regenerado y llevado al estado celeste; no hay regeneración por compulsión, de otra forma "todos estaríamos salvados".

Hay también un proceso de conciencia necesario para la rectificación y alineación, por así decirlo, entre el hombre y la voluntad del cielo: "Estos males sin embargo no pueden ser eliminados si el hombre no los ve en sí mismo y los reconoce; y después deja de desearlos, y finalmente los evita". La inteligencia celestial pide al hombre la acción del compromiso y discernimiento entre el bien y el mal y en ese acto de reconocimiento entonces accede a su inevitabilidad celeste, que es la unión de su voluntad con la voluntad cósmica divina. 

"Nada llega a ser parte del hombre salvo lo que hace desde la inclinación que procede de su amor... todo lo que un hombre no acoge en libertad no permanece en él, porque no llega a ser parte de su amor o voluntad; y todo lo que no es parte del amor o la voluntad del hombre no pertenece a su espíritu"; es así, en la voluntad libre del amor, que se realiza "la conjunción del Cielo con el género humano". 

Aquí Swedenborg parece estar diciéndonos que la realidad verdadera del hombre es sólo el espíritu y, como el Adán arquetípico, su sustancia es la misma que la del cielo, pero debe reconocerlo a través de sus actos, en la afirmación del amor con la que enuncia la libertad. Y de echo todo porfiar en la desviación de esta voluntad celeste es en vano, puesto que no se adhiere a su naturaleza, la cual es esencia celeste. Sólo somos realmente nosotros cuando actuamos con amor y, al ser así, somos como el cielo, el cual es nuestra realidad integral más pura.

FUENTE: PIJAMASURF


lunes, 27 de junio de 2016

LA RELIGIÓN DE LOS TRAMPOSOS

 La religión de los corruptos

"La religión tranquiliza la conciencia del tramposo"
"Hay mucha gente que reza y va a misa, pero en los asuntos más serios de la vida, no hace lo que Dios quiere"

Lo estamos viendo todos los días. Y lo vamos a ver, con incienso de sacristía
José María Castillo - España

Es un hecho que, en España y fuera de España, abundan los corruptos mucho más de cuanto podíamos imaginar. Como es un hecho igualmente que, en España y fuera de España, abundan también los ciudadanos que, no sólo son corruptos (comprobados y documentados), sino que, además y junto a su corrupción, son ostensiblemente religiosos. Yo me atrevería a decir que los corruptos religiosos son (o somos) legión. Lo estamos viendo todos los días. Y lo vamos a ver, con incienso de sacristía. Y con lujo y música de trompetas y tambores, en las próximas celebraciones de la semana santa. Individuos que roban, mienten, se quedan con el dinero de otros y, al mismo tiempo, ahí los tienes, besando "cristos" y "vírgenes", luciendo túnicas y capirotes de penitencia, asistiendo, tan devotos ellos, a ceremonias sagradas, etc, etc.

¿Cómo se explica que religión y corrupción hayan llegado a ser dos prácticas, dos tradiciones, dos convicciones tan vinculadas la una a la otra? ¿No será porque la una y la otra se necesitan mutuamente? Más aún, ¿no ocurrirá este extraño maridaje porque religión y corrupción se potencian mutuamente?

La tradición cristiana se ha interesado por este asunto más de lo que algunos se imaginan. El Evangelio afirma de forma tajante: "No podéis servir a Dios y al dinero" (Mt 6, 24). Que, en realidad, viene a decir: "No podéis dar culto a Dios y al dinero". Dar culto a Dios no es simplemente rezar o ir a misa. Dar culto a Dios es hacer lo que Dios quiere. El problema está en que hay mucha gente que reza y va a misa, pero, en los asuntos más serios de la vida, no hace lo que Dios quiere, sino lo que más le conviene para sus intereses de dinero y ganancia. Teniendo en cuenta que la codicia del dinero se canaliza y se gestiona siempre mediante el poder del que tiene, que usa, abusa y explota al que no tiene. Por supuesto, varían las formas de hacer esta macabra y canallesca gestión. Pero, a fin de cuentas, siempre es esto lo que se hace.

Entonces, y en definitiva, ¿en qué consiste la religión de los corruptos? Consiste en el empeño absurdo por hacer posible lo que es imposible. A saber, pretender servir a Dios (en el rezo, en la misa, en las devociones...), siendo al mismo tiempo un corrupto, un tramposo, un embustero, un hipócrita, que no tiene más remedio que ocultar lo que es y lo que hace. Que no es otra cosa que pretender la cuadratura del círculo. Servir a Dios, sirviendo al dinero, aunque eso se haga a costa de quedar con lo que es de otros, con lo que daña sobre todo a los más indefensos, a los más desamparados.

Naturalmente, para vivir entregado a una tarea, tan vergonzosa y repugnante, se necesita astucia y desvergüenza. Pero se necesita también echarle al asunto una buena dosis de "religión". Porque la religión tranquiliza la conciencia del tramposo. Y ayuda a que semejante individuo tenga buena imagen. Por esto, ni más ni menos, ocurre - con tanta frecuencia - que religión y corrupción se necesitan mutuamente. Y se potencian la una a la otra. Y si no, ¿por qué ocurre, con tanta frecuencia, que las gentes y los grupos más corruptos son precisamente los que más defienden los intereses de la religión?

No vendría mal que, en los próximos días de semana santa, además de rezar y ver santos, dedicásemos algún tiempo a pensar en serio la dosis de corrupción, que hay en nuestra vida, y que, no raras veces, ocultamos (ante los demás y ante nosotros mismos) mediante la excelente tapadera que puede ser la religión. + (PE/Atrio)

Nota: Escrito el 18 de marzo de 2016.

FUENTE: PRENSA ECUMÉNICA (ECUPRES)

LA NEW AGE: UNA VISIÓN AMPLIA DE UN FENÓMENO COMPLEJO

La New Age

Por Bernardo Nante (*)

Se evitarían muchas discusiones inútiles o, por el contrario, se resolvería más de una controversia o contradicción si antes de abordar la cuestión se definieran los términos fundamentales involucrados en la misma. Uno de esos términos es "New Age", que suele aplicarse habitualmente a un conjunto de teorías, doctrinas, prácticas y comportamientos tan diversos entre sí que, en definitiva, el término en cuestión pierde todo significado preciso.

En una época como la nuestra, tan proclive a las fórmulas fáciles, "New Age", por lo general, pasó a ser un comodín para referirse a toda expresión de una pseudoespiritualidad contemporánea, si se quiere "postmoderna", caracterizada por formulaciones y prácticas acríticas, arbitrarias, sincréticas, carentes de todo fundamento ontológico que no sólo no concitan el compromiso de las personas, sino que las afirma en su individualismo, relativismo, hedonismo. En sus escenarios más burdos, forma parte de los discursos y las prácticas de ciertas "casas de belleza" en donde, junto a las inevitables depilaciones y cremas, se recomiendan pases y armonizaciones energéticas y toda clase de "buenas ondas" que alientan una aceptación supersticiosa, tan efímera como la duración de un peinado, aunque no tan útil. Lamentablemente, esta parodia forma parte de nuestra realidad cotidiana.

La situación sería fácil si reserváramos el término "New Age" para esos modos de frivolidad contemporáneos pero, de hecho, se aplica equívocamente a fenómenos de lo más diversos. Es la suerte que tienen reservados todos los términos que se vacían de significado y que a la vez se cargan de una valoración unilateral, sea ésta únicamente positiva o negativa. La pereza intelectual y la ignorancia espiritual no tienen límites, porque no pocas veces se arrojan en la misma bolsa teorías y prácticas tradicionales auténticas de Oriente y Occidente, psicologías transpersonales y espirituales y diversas corrientes contemporáneas que, al menos, requieren un alto grado de elaboración y compromiso. 

Por cierto, la cuestión es compleja, pues: ¿quién tiene en sus manos el criterio último para determinar la autenticidad o inautenticidad de una vía espiritual? Dicen tenerla, sin duda, escépticos y dogmáticos exclusivistas a ultranza; los primeros –los escépticos– ponen en la bolsa de la superstición a toda manifestación religiosa o espiritual; los segundos –los dogmáticos exclusivistas– no dudan que, salvo su propia modalidad religiosa y espiritual, toda otra es falsa y hasta desviada. En todo caso, admitirán unos y otros que existen ilusiones espirituales más o menos elaboradas y personas erradas más o menos sinceras, pero todos están signados por la falsedad. 

Sin duda, más extrema será la actitud frente a las variantes espirituales contemporáneas, pues ni siquiera decantaron en formas culturales populares, es decir, no son siquiera una verdad sociocultural como puede serlo, por ejemplo, el cristianismo o el hinduismo que no sólo se expresa espiritualmente sino que embebe la vida cotidiana de los pueblos. 

Y, sin embargo, el concepto inicial de "New Age", no parece estar disociado de una cierta orientación más o menos consciente de la cultura planetaria. Develar esa acepción inicial y los matices que de ella se derivan hasta alcanzar la versión más extrema, si se quiere frívola y "derivada" de New Age, permitirá comprender aspectos fundamentales de la situación espiritual de desamparo, y a la vez de oportunidad, en la cual se encuentra el hombre contemporáneo. Por cierto, el tránsito por esas acepciones irá develando un criterio limitado pero orientador, matizado y pluralista –ni escéptico, ni exclusivista– para abordar las diversas formas espirituales.

Siguiendo a Wouter Hanegraaff,  puede hablarse de New Age en sentido estricto y en sentido amplio. En sentido estricto alude a aquel movimiento para el cual su foco de atención consiste en la expectación de una inminente nueva era en la cual el mundo se transformará espiritualmente o, al menos, se mejorará significativamente. 

En sentido amplio alude a una serie de tendencias (teorías y prácticas) referidas a ciertas cuestiones específicas que, siguiendo al autor mencionado, podrían agruparse en cuatro: canalización ("channeling"), curación y crecimiento personal, ciencia de la Nueva Era, neopaganismo. Estas cuatro tendencias reciben la influencia de tradiciones espirituales anteriores pero, en todos los casos, manifiestan características propias. Podría afirmarse que son una expresión, en algunos casos "actualizada" (adaptada a la época) y, en otros, "deformada" (cercana al "ocultismo") de las tradiciones esotéricas. 

¿Pero cómo se relacionan con la definición de la New Age en sentido amplio? Estas tendencias, supuestamente, serían los medios, las concepciones y las prácticas, que anticipan y procuran el advenimiento de la nueva era.

Volvamos a la concepción general de la New Age, a su definición en sentido amplio. Si dejamos de lado todas las frivolidades, en definitiva, todo aquello que agrupamos bajo la definición inicial de la New Age; cabe preguntarse: ¿Tiene sentido plantearse el advenimiento inminente de una nueva era?  

Es difícil disentir con la idea de que estamos atravesando una nueva época de la historia, plena de incertidumbres y de cambios. ¿Se trata de un cambio meramente "histórico", "social" o bien responde a una orientación espiritual del destino, del "sino" de la humanidad y, acaso, del planeta, más aún, del cosmos? Si este último fuera el caso, la expresión New Age –no sus deformaciones– tendría una relevancia distinta, si se quiere, "ontológica". De hecho, existen muchas voces, en algunos casos dentro de las mismas religiones históricas, que así interpretan los signos de los tiempos. 

En teoría de las religiones, se denomina "milenarismo" o "apocalipticismo" a todo movimiento religioso que sostiene el advenimiento de una nueva era espiritual. Aunque los términos se usan a veces de modo equívoco, conviene reservar el término "apocalipticismo" para quienes sostienen que sobrevendrá el fin de los tiempos previa catástrofe –hasta alcanzar la casi total destrucción, con excepción de los justos– y que el nuevo orden mundial, será radicalmente diferente; se tratará de un orden trascendente. El milenarismo, en cambio, sueña con la transformación de nuestro mismo mundo en uno perfecto y justo sin que medie obviamente su total destrucción. 

Este último suele ser propio (aunque no exclusivo) de la New Age y el "apocalipticismo", propio (aunque no exclusivo) de las corrientes fundamentalistas y sectarias. Mientras que la New Age suele ser inclusiva (es decir acepta diversidad de cosmovisiones), el sectarismo es exclusivo; por lo tanto, la redención o salvación en un caso (New Age) estaría al alcance de todos y son muchos los caminos que lo muestran, mientras que en el otro (sectarismo) estaría sólo al alcance de aquellos que adhieren a la corriente sectaria correspondiente. Es interesante notar que New Age y "sectarismo" parecen ser dos expresiones típicas de nuestra época: la New Age es relativista (todo o casi todo vale), el sectarismo es fundamentalista (sólo vale lo propuesto por la secta).  

Vale la pena distinguir las características de una y otra modalidad. Para ello, tomamos la distinción que hace el sociólogo Colin Campbell entre un fenómeno contemporáneo que caracteriza a la New Age (el "medio cúltico") y la secta:

Medio Cúltico                                                           Secta

Individualista                                                     Colectivista
Apenas estructurado                                         Muy estructurado             
Se exige poco a sus miembros                           Se exige mucho a sus miembros
Tolerante                                                                 Intolerante
Inclusivista                                                       Exclusivista
Transitorio                                                               Estable
Límites borrosos                                               Claramente circunscripto
Sistema fluctuante de creencias                         Sistema estable de creencias
Organización rudimentaria                                 Organización estable
Altamente efímero                                                   Persiste en el tiempo

Un poco de historia

Suele ubicarse el surgimiento de la New Age en la década de 1960 y como una expresión de la contracultura de esa época (recuérdese al respecto el musical Hair que celebraba la llegada de la "Era de Acuario"). Esto es en parte cierto, pero aquello que más caracteriza lo que suele entenderse hoy por New Age, se ubica a partir de la década del '70 y del '80 y se relaciona con movimientos espirituales (o pseudoespirituales) muy anteriores.  

Las características de esa contracultura de los años '60 (ideología izquierdista, compromiso con una acción radicalizada, uso de drogas psicodélicas) no se encuentra en la literatura propia del '70 y mucho menos del '80 en adelante.  

Si bien, aparentemente, el término New Age lo utiliza por primera vez el poeta y pintor visionario inglés William Blake hacia el año 1804, es David Spranger a quien se considera uno de los " padres de la New Age". Spranger estuvo involucrado en la década de los '50 con grupos interesados en el fenómeno OVNI y luego fue una de las figuras centrales del movimiento Findhorn en Escocia. En su libro Revelation: The birth of a New Age, Spangler relata que tuvo experiencias psíquicas ("paranormales") desde chico y que en 1970 fue a Europa debido a que su "guía interior" le indicó que allí hallaría las claves para su nuevo ciclo. Así llegó a Findhorn y comenzó a "canalizar" una entidad que se autodenominaba "Amor y Verdad Ilimitados". Esto dio como resultado siete transmisiones sobre el advenimiento de la Nueva Era que constituyen el meollo del libro mencionado. Cuando Spangler vuelve a EE.UU., descubre con desagrado que constituye un texto básico de la entonces emergente cultura de la New Age y que a él se lo considera una suerte de medium. Con el tiempo, este autor intentará diferenciarse de la "locura" de las canalizaciones que comienza en la década del '80.

Varios otros autores podrían agregarse; basta mencionar a George Trevelyan, A Vision of the Aquarian Age y, sobre todo, a Marilyn Ferguson, The Aquarian Conspiracy: Personal and Social Transformation in the 1980s. Este último libro, publicado en 1980, sostiene que está ocurriendo actualmente una poderosa transformación de la sociedad que comienza en el individuo; redes no jerárquicas de personas afines cambiarán los fundamentos de la sociedad industrializada. Como el libro esperaba cambios inminentes que no ocurrieron, en la edición de 1990 se le cambió el subtítulo y, se cambió "en los '80" por "en nuestro tiempo". Otra obra importante fue la de Fritjof Capra; relacionado con este tema, particularmente, The Turning Point: Science, Society and the Rising Culture. Este libro apareció en 1982 y se basa en la necesidad de cambiar el paradigma cognitivo newtoniano - cartesiano que aún nos gobierna, por uno holístico. 

Pero un tipo de obra muy diversa representa el glamour de la New Age y el inicio (o el énfasis) de una frivolidad creciente que alcanza a los medios audiovisuales. Tal es el caso de Shirley MacLaine; entre sus varias obras, Out on a Limb, marcó una época y luego fue adaptada para una miniserie muy popular que salió al aire en 1987.  La parte más importante del libro describe sesiones de regresión a vidas pasadas hasta alcanzar su "Sí Mismo Superior" en la forma de un andrógino. Con el tiempo, la actriz y autora fue moderando su interés por la New Age y la espiritualidad para abocarse a cuestiones más estrictamente psicológicas.

Aunque la lista es muy incompleta, basta para mostrar la diversidad de perspectivas en algunos textos iniciales representativos de la New Age.

Hagamos ahora brevemente una referencia a los cuatro "rubros" o "tendencias" que constituyen la New Age en sentido amplio, es decir, que no se abocan al advenimiento de una nueva era, pero proponen saberes que están en consonancia con ese espíritu; más aún, saberes que supuestamente lo procuran.

1. Canalización 

La canalización consiste en el proceso por el cual una persona actúa como "canal" de información y/o poder que proviene de una fuente ajena a la misma (tal fenómeno no es exclusivo de la New Age y, con variadas características, lo hallamos en todas las culturas desde tiempos pretéritos). Las fuentes de la canalización son diversas pero, por lo general, se trata de "entidades" desencarnadas que viven en elevados niveles del ser, aunque la literatura al respecto incluye casi todo lo que posee inteligencia; desde maestros ascendidos, guías espirituales, ángeles, extraterrestes, personajes históricos, Dios o la Fuente Última, Mente Universal, inconsciente colectivo hasta animales desencarnados, gnomos, hadas, plantas, etc. Esta canalización, que se realiza en trance o con conciencia, se supone que representa una sabiduría superior a la humana aunque no necesariamente infalible.

Spranger y Shirley Mac Laine, ya mencionados, representan dos ejemplos bien distintos entre sí de los múltiples casos de supuesta canalización en la New Age. Pero Edgar Cayce (1877 - 1945), anterior a la New Age, constituye quizás en este sentido el más extraordinario "canal" del siglo XX, al menos dentro de las corrientes espirituales populares. En 1900, a raíz de una laringitis pierde su voz y cuando un hipnotizador lo pone en trance, Cayce diagnostica correctamente su mal y prescribe un tratamiento. La noticia corrió rápidamente y luego se demostró que era capaz de hacer lo mismo con terceros; sus diagnósticos y prescripciones fueron muy precisos y numerosísimos. A partir de 1923, al adoptar una concepción reencarnacionista, describe en trance vidas pasadas y así explica determinadas enfermedades. Estas supuestas lecturas del pasado lo llevaron a proveer información detallada sobre circunstancias históricas y bíblicas, culturas olvidadas, etc. En 1931 se crea la Association for Research and Enlightenment que luego de la muerte de Cayce, ya a cargo de su hijo Hugh Lynn, publica las transcripciones de las canalizaciones por Cayce, compiladas y comentadas por diversos autores. Según parece, la publicación de la biografía de Cayce a cargo de Thomas Sugrue, There is a River: The Story of Edgar Cayce, en 1942 produjo una enorme avalancha de pedidos y una consecuente labor que aceleró su muerte, acaecida en 1945.  

2. Curación y crecimiento personal

La relación entre "curación" y "salvación" la hallamos en todas las tradiciones espirituales. Como señaló un estudioso de la religión, C. J. Bleeker, el hombre se siente a menudo débil, carente de poder, mortal, tonto, pecaminoso, culpable, pero añora ser íntegro, feliz y espiritualmente puro y fuerte. Por ello, toda religión (en el sentido amplio del término) es una religión de la salvación. En ese contexto se inserta un concepto de "curación" espiritual e integral diverso del concepto limitado de la medicina moderna que se limita a curar o, si se quiere "sanar", enfermedades específicas. Las terapias alternativas pretenden retomar ideas antiguas y, de hecho, parecen hacerlo con mayor o menor seriedad y eficacia; pero todas ellas enfatizan una concepción "holística" del hombre y de la enfermedad. 

La misma medicina moderna (llamada "tradicional", con "t" minúscula) en algunos casos incorpora en su praxis este concepto pero, en definitiva, mantiene su paradigma biofísico, según el cual la salud, la enfermedad y el morir es determinable por medios empíricos y racionales. La interpretación "holística" se agrega como una interpretación personal aceptable en la medida en que no afecte el modelo biofísico mencionado. Las terapias alternativas intentan darle sentido a la enfermedad y a la salud; la curación es así "educación" y una oportunidad de crecimiento personal. Por cierto, este paradigma, aceptable desde el punto de vista espiritual, se presta a simplificaciones y a la creación de sistemas ficticios de curación basados en algunos casos en supuestas "canalizaciones". Una evidente simplificación consiste en dar una interpretación "semiótica", esquemática de la enfermedad; según ese punto de vista siempre determinada enfermedad estaría indicando un determinado desarreglo espiritual (al respecto, vale la pena leer las equilibradas palabras de Anselm Grün aquí adjuntas).

Suele incluirse en este rubro al Movimiento de Potencial Humano, término acuñado por Abraham Maslow en la década del '40 como precursor de la Psicología Transpersonal que aparece en la década del '60. Sus predecesores   –no siempre bien reconocidos–  fueron William James y C. G. Jung. Como ya lo señalamos oportunamente. Este movimiento (como ya lo había señalado Jung) sostiene que la sociedad moderna, que presiona excesivamente a las personas exigiéndoles una sobreadaptación a la misma, produce individuos aislados y desolados que han perdido el contacto con su ser interno y, por ende, con un sentido más profundo de la vida. 

Si bien la psicología transpersonal tiene el mérito de aceptar las experiencias místicas y rechazar las interpretaciones reduccionistas de otras corrientes psicológicas, a nuestro entender sus planteos son –a veces– desparejos; por ejemplo, no siempre se distingue claramente qué es "psíquico", fenoménico y qué es "metafísico", espiritual. Asimismo, a veces se toman los conocimientos espirituales de las tradiciones orientales de modo acrítico y se llega a una amalgama confusa.

Por otra parte, algunos de estos problemas podrían –a nuestro entender– superarse si se tuviera en cuenta la obra de Jung –a quienes apenas mencionan o no siempre comprenden– que en muchos aspectos anticipa y profundiza no pocas de estas cuestiones. A esto debe agregarse que es necesario conocer más a fondo las tradiciones esotéricas occidentales que constituyen en parte nuestra identidad, constituyen de nuestro inconsciente cultural. Uno de los grandes autores transpersonales, Charles Tart, reconoce:"La creación de esta psicología transpersonal es una empresa a largo plazo".

Existen otras corrientes, tal es el caso del "holismo" (de "holon"=totalidad) o, más exactamente, la "curación holística" vinculada a la anterior. El término "holismo" fue acuñado en 1926 por el sudafricano J. C. Smuts, pero quienes lo retoman en la década del '60, suelen omitir a su creador. 

Más allá de sus variantes, el holismo sostiene que todo hombre posee una relación única y holística de cuerpo, mente, emociones y espíritu. En este contexto, la curación es un proceso por el cual una persona conquista, "realiza", perfecciona o hace consciente esa esencia y de ese modo se integra a los poderes internos del universo. La curación holística que retoma antiguos sistemas de curación y propone nuevos, ofrece múltiples variantes: acupuntura, biofeedback, quiropraxia, homeopatía, iriología, Feldenkrais, reflexología, visualización, curación por hierbas, música, colores, etc. Puede imaginarse cómo lo muy serio se ofrece muchas veces junto a aquello que no lo es.

Cercano a lo transpersonal se encuentra la "conciencia chamánica". Como es sabido, el chamán para las culturas arcaicas percibe los mundos de las almas, espíritus y dioses y, en estado de trance puede viajar a esos mundos para aprender de ellos y adquirir poder sobrenatural. Pero, mientras que en las culturas tradicionales ese saber y ese poder están al alcance de pocos, la New Age considera que en principio está al alcance de todos. Uno de los difusores de esto fue el antropólogo Michael Hartner, quien fue iniciado en Amazonas mediante la ingesta ritual de Ayahuasca, la poción sagrada de los indios Conibo.

3. Ciencia New Age

La ciencia New Age hereda –a veces para adaptarla a la ciencia contemporánea, otras para deformarla– la visión de la ciencia antigua que era sabiduría y conocimiento que en última instancia aspira a la gnosis. Quizás el antecedente más directo lo hallamos en la Naturphilosophie (lit. "Filosofía Natural"), una corriente científica propia del romanticismo alemán y de otros autores de principios del siglo XIX (por ejemplo, Goethe) que sostiene una aproximación intuitiva y a la vez rigurosa a los fenómenos, enfocando su atención en la realidad subyacente a los mismos.

Los científicos de esta corriente contemporánea critican el reduccionismo de la ciencia oficial y presentan sus perspectivas como la vanguardia de un progreso científico aún no aceptado. La mayor parte de sus exponentes son científicos de reconocida trayectoria aunque su visión no sea compartida por la mayoría de sus colegas. Algunos gozan de un reconocimiento en áreas de investigación básica "ortodoxa" (David Bohm, el premio Nobel Ilya Prigogine); otros mantienen sus puestos en las universidades (Peat, Jansch) y, por último, unos pocos abandonaron su carrera académica para abocarse a la difusión masiva de sus ideas (Sheldrake, Capra).

4. Neopaganismo

No siempre se incluye esta corriente dentro de la New Age. El neopaganismo mantiene una crítica contra el cristianismo institucionalizado; aunque hay algunos neopaganos que se consideran cristianos pues para ellos el neopaganismo expresa el verdadero núcleo del cristianismo. El neopaganismo intenta recuperar la visión según la cual el hombre debería estar más integrado a la naturaleza y considera que la pérdida de esa integración propia del mundo moderno es la responsable de los graves problemas ecológicos que afectan al planeta. El neopaganismo incorpora como práctica fundamental la magia ceremonial que, sin duda, se presta a deformaciones y arbitrariedades. De hecho, se considera que retoma las prácticas ocultistas del siglo XIX. Un caso particular es el movimiento moderno de hechicería denominado Wicca, originado en Gran Bretaña en 1939 quizás más cercano a  un movimiento sectario, de acuerdo con las características que se describen más arriba. Existe alguna literatura seria (aunque discutible) sobre el tema  y abundante material prescindible y confuso. 

Conclusión


"New Age" suele aplicarse a todas aquellas corrientes que banalizan una tendencia espiritual muy seria de nuestra época que consiste en definitiva en rescatar de diversas formas el concepto de vocación humana. 

Trabajar en la propia vocación a partir de la propia singularidad, desde el modo único e irrepetible de estar en el mundo, para así colaborar con la trama universal visible e invisible de sentido con la convicción de que se está construyendo un mundo mejor, es una idea que aparece en las propuestas de C. G. Jung, Teilhard de Chardin, Aurobindo, Panikkar, etc., con diversas variantes. Allí puede ser lícito aplicar el término New Age si no se lo confunde con su acepción corriente. Sin embargo, no pocas veces se lo utiliza injustamente para desacreditar las miradas innovadoras o revitalizadoras de la espiritualidad tradicional. Pero esas críticas provienen, a nuestro entender, de miradas enquistadas, tibias y temerosas de perder su poder.

Sin duda, la singularidad a la que se atiene la New Age puede convertirse en un espejismo, en un modo de cultivar el narcisismo y encerrar al yo en sus caprichos y frivolidades. La espiritualidad y la solidaridad se convierten así en una moda, en un objeto de consumo. Se suman saberes y técnicas, pero no se conquista una pureza de corazón y todo cambia para que nada cambie. 

En épocas de gran confusión, en donde cada vez es más vigente aquello de la Biblia junto al calefón, es fundamental cultivar al hombre correcto para que lo impropio se deseche solo y hasta actúe correctamente. 


(*) Bernardo Nante es doctor en filosofía y realizó estudios superiores en psicología, ciencias orientales, matemática y economía. Es profesor en diversas universidades e instituciones de educación superior. Investiga sobre la interrelación entre psicología, religión y filosofía comparada Oriente-Occidente.