martes, 5 de agosto de 2014

TAO QUE SE LLAME TAO YA NO ES TAO - POEMA DE VAL DE OMAR

Tao que se llame Tao ya no es Tao
poema de Val del Omar

Definir es errar, confinar, detener, estancar, morir.
Los dictadores contenedores con su no acción actúan
creando ondas, mareas, envases y cataclismos.

El amor y el temor son los dos motores.
Las cosas en el tiempo son hervores múltiples, informes.
Mis dos hijas son diferentes: La una quiere modificar.
La otra, más sabia, se adapta. Las dos aman.
La que pone más mente, pone menos corazón.
La más ciega se desvive más deprisa.
Una quiere imponer la energía y es más trágica
siente y le duele que las cosas no fluyan según su cadencia.

Tengo dos amigas nobilísimas y diferentes.
Han operado esa síntesis de contrarios.
Sus criterios son diferentes pero se los reconocen,
se respetan, se complementan, se estiman,
se aman por ley de plenitud y Unidad.
Es un gozo verlas comprenderse. Son generosas,
ricas por su naturaleza humana.

Amo a dos seres. Dos criaturas. Una muerta y otra viva.
Una desapareció de mi preocupación por su autonomía,
otra la tengo siempre presente, gravitando, por su permanente
fluctuación con su humano dudar y latir.
La primera cubrió toda mi vida pasada.
La segunda ciega mi alma.

La primera no pudo ser más invisible, airosa y desprendida.
La segunda gravita, atrae, palpita y me estimula
a disculpar y comprender.
Una es pasado. Otra es futuro. Muerte y vida. Yo situado siempre
en trance mutante entre realidad e ilusión. La una valora
a la otra.
La otra valora a la una.
Se potencian por opuestas.
Son dos firmamentos. Dos vacíos. Dos sombras.
Dos presencias decisivas. Dos fenómenos en fricción iluminante.
Dos vidas de mi vida que me mantienen latente y encendido.




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