El lugar de la teología platónica. Filosofìa y religión
11-oct-2010 Luis Marcelo Speranza
Platón -www.philosophica.info
Un millón de años de presencia humana sobre la Tierra, sólo seis mil del fenómeno llamado civilizatorio, hacen que las civilizaciones puedan ser vistas como contemporáneas entre sí, concluye Arnold Toynbee. Sin embargo, desde la Modernidad, todo cuanto no se puede explicar desde la lógica racionalista etnocéntrica, cae bajo el signo de oscurantismo.
El hombre comenzó a sentirse como tal, cuando comenzó a buscar un "completamente Otro" . Antes era solo una entidad biológica. El descubrimiento de un alma, la búsqueda de un sentido, llevó al homínido a recrearse como una nueva especie.
Una nueva fundación se produce con el surgimiento de la idea de Dios y su relación con ese absoluto, tan relacionada con nuestra estructura mental que no concibe efecto sin causa.
Días y noches, soles y lunes, estrellas y eclipses, tormentas y sequías, erupciones y terremotos, existencia a la intemperie. Un cosmos vivo. ¿Cómo no adjudicarle una voluntad, una inteligencia, un alma? Sobre esta pregunta surgió la idea y la relación con Dios.
La religión es el preludio de la civilización, el primer síntoma del fenómeno civilizatorio, el primer planteo ante el drama histórico, toma de conciencia de la singularidad del hombre y de su lugar en el cosmos.
Idea de Dios y religión
Pero la mera idea de un Dios, entendido como causa del origen del cosmos, no es una religión. La idea de Dios es búsqueda metafísica, especulación teorética, ensayo, conjetura, inquietud de conocimiento. Su objeto es el Dios-Idea.
El campo de estudio de ese objeto es la filosofía como "ciencia de lo radical" (Husserl), de la "perplejidad sin remedio" -según las palabras de Jacques Maritain- o un perpetuo regresar a los mismos temas. Y dentro de ella, la metafísica, de la que la teología natural es una rama.
El dios de la religión es el de la experiencia numinosa al que se refiere Rudolf Otto en Das Heilige.
El que surge del sentimiento de culpa, de reparación, del temor a lo "radicalmente Otro".
Religión que es acción compensatoria y expiatoria de la violencia contra la unidad y la preservación de la vida. Y de alguna forma, también nostalgia de la vida vegetativa.
La teología de Platón
De la concepción de Platón sobre Dios, se pude afirmar que hay una fuerte tendencia al monoteísmo, aunque del principio divino de Platón no se puede asegurar en forma rotunda que exista un solo Dios.
No desconociendo que la teología platónica no está considerada por la comunidad académica de los estudios sobre el filósofo como uno de los grandes temas del corpus platonicum y sabiendo que la metafísica como ciencia no puede formalizarse como tal, aunque sí como tendencia natural del espíritu humano ("metaphysica naturalis", Kant), en las líneas que siguen se relacionan algunas nociones platónicas acerca de "lo divino", uno de los momentos luminosos de la filosofía occidental.
Hablar del interés que ofrece el tema es hablar del valor que se le otorga a la cuestión, y sobre ello el mutismo cae una espesa niebla, sobre todo en esta época, en la que Dios como problema filosófico aparece eclipsado.
No hace falta decir que la obra de Platón brilla con luz propia y que mucho se ha escrito sobre la teología del griego, queriéndola asimilar a la teología cristiana o atacando esta subordinación indebida.
El lugar de la teología platónica
“Si toda gran filosofía nos muestra que la verdad cogitativa significa hacer del absoluto un objeto del cual deber derivar todos los objetos”, explica Martín Buber en Eclipse de Dios, no hay dudas que la teología platónica es un aspecto de una de una gran filosofía.
Ahora bien. Si es cierto que es dable de calificar de “gran filosofía” al sistema de Platón, es inexacto hablar de derivación como sinónimo de deducción de un absoluto. Sí existe un absoluto en Platón: las Ideas y centralmente la Idea de Bien, gobernante del reino de las Ideas (o reino eidético).
El objeto del pensamiento visual u óptico de los griegos es “lo universal como existencia o como realidad superior a la existencia”.
Pero de allí a sostener que se deriven de él los demás objetos, es forzar el sistema platónico: “jamás el platonismo auténtico ofrece el lujo de partir de algún principio del cual pueda deducir todo el resto”, sostiene Víctor Goldschmidt en Platonisme et pensée contemporaraine.
En Platón encontramos una metafísica en sí, cuando encuentra el fundamento último en las Formas (o Ideas) como entes, y una metafísica como teología -teología metafísica o natural- cuando dirige su mirada hacia lo divino.
La teología platónica está axiológica y ontológicamente por debajo de su metafísica propiamente dicha.
El fundamento primordial, el absoluto, el sostén de lo existente, es la Idea de Bien. Por eso se podrá afirmar que la metafísica en Platón también es ontología: reduce el Bien al Ser como ser en general. El Bien es el Ser verdadero, lo que los entes tienen en común.
Las formas en que ha sido presentado el absoluto en Platón -como metafísica propiamente dicha, como teología natural y como ontología- son difíciles de delimitar.
Las fronteras entre estas categorías se diluyen o yuxtaponen. El criterio utilizado es el del notable Nicolai Hartmann en su obra Ontología, para distinguir entre ser y ente.
JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA QUE HA CONVERTIDO AL CRISTIANISMO EN RELIGIÓN BASURA. El análisis racional de los elementos que integran la triada pre-teológica judeo cristiana (la descripción neutra del fenómeno espiritual, su explicación y su aplicación), nos permite criticar objetivamente el profetismo judío y la cristología de San Pablo que fundamentan la doctrina judaizante de la Iglesia; y visualizar: 1) que las directrices de los ancestros de Israel (patriarcas, profetas, reyes y jueces) contenidas en el Antiguo Testamento, son opuestas a las enseñanzas de Cristo, ya que en lugar de promover el amor misericordioso y la hermandad universal, promueven el racismo, el despojo, el sometimiento y/o exterminio de los pueblos no judíos; 2) la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar al cristianismo de la doctrina de la trascendencia humana (instruida e ilustrada por Cristo) que se alcanza practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos), dándonos acceso a las potencialidades del espíritu a medida que nos vamos desarrollando espiritualmente; 3) la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana (sustentada por filósofos y místicos, y su veracidad comprobada por la trascendencia humana de Cristo); a fin de afrontar con éxito: “el ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad”, que amenazan con sofocar al cristianismo. http://es.scribd.com/doc/73946749/Jaque-Mate-a-La-Doctrina-Judaizante-de-La-Iglesia
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