EL VIOLINISTA
(Poema de despedida)
Aquí, al borde del mundo
acabo justamente de arraigar mi vida.
Tras mí, en la esfera infinita
todo calla; solo el Violinista sigue tocando.
Enigmático, ya estoy contigo en alianza
dispuesto a que tus tonos me indiquen
en qué culpa he incurrido sin saberlo.
Hazme sentir, revela a esta alma vigorosa,
todas las heridas que he causado
sin pensar, y sin perder mi halo,
¡Hasta entonces Violinista sagrado,
no te detengas!
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